No está de más decir que la música ha sido uno de los grandes logros del hombre, no solo por sus complejidades como disciplina artística sino también por las múltiples formas en que puede enriquecer la vida de una persona. Los beneficios neurológicos y psicológicos de la música van de mano en mano con las fuertes emociones que una pieza musical puede desatar en la persona que la escucha, pero no se puede dejar a un lado el valor y la efectividad de la música como herramienta didáctica y gran aliado para los maestros en el aula de clases.
A lo largo de la historia de distintas culturas la música ha estado ligada de una forma u otra a la educación y varios estudios han demostrado los efectos positivos que puede tener en el desarrollo intelectual y emocional de los niños. En la antigua cultura griega se califica a Pitágoras y sus seguidores como los creadores de la teoría musical griega ya que ellos relacionaban los sonidos con las matemáticas y la astronomía. En este período también encontramos su obra "La República", la cual contiene pasajes en los que Platón destaca la importancia y necesidad de una temprana educación musical, con todas sus bondades, considerando la música esencial para una verdadera educación integral.
La música no sólo se ha utilizado como recurso educativo desde los comienzos del tiempo del ser humano, también existe una teoría relacionada con la forma en la que un adulto le habla a un bebé.
Los bebés de meses reconocen primero los patrones del sonido, el habla, el tono de voz y las inflexiones que se están utilizando antes que las palabras, esto es un reflejo de cómo el cerebro humano ha evolucionado.
La música como herramienta didáctica.
Como recurso didáctico la música facilita la adquisición de conocimientos y la memorización, y no es coincidencia que si se visita un preescolar o un colegio que trabaja con niños se vea cómo la mayoría de las actividades que hacen están acompañadas por la música. Lo ideal sería incluir de forma directa la educación musical como una materia del currículo escolar, comenzando desde el preescolar, lo que implicaría una programación elaborada con criterios pedagógicos bien definidos y especializados que impliquen un dominio absoluto del tema.
También hay que destacar que la música es el único estímulo en el mundo entero que tiene acceso a la mayoría del cerebro al mismo tiempo. Con resonancia magnética y la tecnología de los últimos 20 años se ha visto que el cerebro responde al estímulo de la música y cómo solamente con escuchar música son afectadas las áreas del habla, motoras, de comprensión verbal y espacial, entre otras.
Beneficios de la música en la educación.
En general la música tiene un gran impacto en todas las dimensiones de la vida de un ser humano y estar expuesto a la música en un ambiente educativo ayuda con la comunicación, a aprender a socializar, en la parte cognitiva, incluso en la motricidad para organizar el movimiento con los ritmos y a reconocer emociones. Estos son solo algunos de los beneficios de la educación musical:
1 Aporta un ambiente muy positivo al aula.
2 Favorece la integración entre los compañeros de clase.
3 Enseña a respirar correctamente.
4 Potencia la atención.
5 Impulsa el razonamiento espacio-temporal y ayuda con la memoria.
6 Mejora el aprendizaje de la lectura, las matemáticas y otras materias.
7 Enriquece el vocabulario.
8 Enseña a valorar el silencio personal y ambiental.
9 Refuerza el desarrollo motor.
10 Aumenta la creatividad y la capacidad de la memoria.
11 Eleva la autoestima personal y propicia y canaliza el libre flujo de emociones y sentimientos.
Las materias donde la música prospera.
La música y las matemáticas están íntimamente ligadas hasta el punto de que para algunos la música es matemática con la emoción del ser humano puesta ahí. Una canción normal suele tener cierta forma y su estructura es matemática y lógica. Por otro lado, la música además de ser un arte también es una ciencia sustentada en la acústica, ya que el músico debe entender leyes físicas y matemáticas para sacar el mejor provecho posible de lo que crea e interpreta. La historia, la geografía y las ciencias naturales son otras materias que se pueden beneficiar de la música, pero esta herramienta no está limitada a estas opciones.
El poder de la música es tal que sin importar la edad puede tener un profundo efecto en quien la escucha, pero en el contexto de la educación la realidad es que, mientras más temprano la música forme parte de la vida de un estudiante, más óptima será su influencia. Esto es muy importante durante los primeros diez años de vida de un estudiante ya que su cerebro es mucho más receptivo y puede ser mucho más beneficioso para el desarrollo académico y personal del individuo.
Estudios científicos señalan que la música tiene efectos positivos en el desarrollo cognitivo, creativo, intelectual y psicológico de los niños. Incluso se ha demostrado que la música estimula el hemisferio izquierdo del cerebro, el encargado del aprendizaje del lenguaje, los números y el uso de la lógica.
Que la música aumenta la capacidad de memoria, atención y concentración de los niños no es nada nuevo. Como tampoco lo es la relación existente entre música y matemáticas. Pero vayamos por partes. El trabajo melódico favorece la memorización de textos y la correcta acentuación de las palabras e incluso mejora la dicción.
El trabajo auditivo con melodía y timbre beneficia la capacidad de concentración y el aprendizaje de otras lenguas. Mientras que el trabajo rítmico ayuda a la comprensión de las relaciones matemáticas.
De hecho, a principios de este año, la Universidad Autónoma de Barcelona acogió a profesores universitarios y formadores de maestros de distintos países europeos del proyecto European Music Portfolio: Sounding Ways into Mathematics que pretende incidir, por un lado, en el trabajo conjunto de habilidades matemáticas y musicales en la educación infantil y primaria y, por el otro, en el fomento de la creatividad de los docentes como medio para favorecer una educación más interdisciplinaria. Algunas escuelas piloto del área metropolitana de Barcelona ya lo están integrando y se ha creado un grupo de trabajo llamado Musicomàtics.
Ante la supuesta interferencia de la música en el aprendizaje de otras materias, parece que es más bien todo lo contrario. La música ayuda a interrelacionar conocimientos.
"El aprendizaje musical ayuda a la sociabilización y fomenta la colaboración el espíritu crítico y el respeto cuando se hacen actividades colectivas. Además, a través de las canciones se pueden aprender valores, hábitos, el alfabeto, las tablas de multiplicar, etc. Por ejemplo, podemos relacionar la tabla del número tres con el ritmo del vals. Es más, a partir del estudio de un instrumento se pueden trabajar muchas asignaturas: geografía (de dónde es originario), historia (cuándo apareció), matemáticas (tamaño y proporciones), física (acústica y sonoridad), plástica (dibujándolo o creándolo con distintos materiales) y todo lo que se le ocurra al profesor".
¿Y por qué es tan importante? Porque la música nos acompaña en todas las etapas de nuestra vida y, afortunadamente, hoy en día la comunidad educativa tiene claro el papel clave que juega la música en la formación global de los alumnos y tanto los padres como la sociedad en general comprenden que las materias artísticas son importantes para el buen desarrollo de los niños.
Y más en esta situación en la que nos encontramos ahora por el coronavirus, la música está siendo la terapia de muchas personas, además de medio de salvación, de escape y para evadirse. Lo vemos en los balcones, gente tocando instrumentos, cantando canciones y los demás escuchando, incluso algunos cantando y bailando con alegría e ilusión pasando un buen rato.
La música, siempre, siempre alegra la vida.
Fabiola García Zapardiel
Estudiante de 2º de Magisterio Infantil
Universidad de Castilla-La Mancha
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