Hoy en día la educación inclusiva no solo forma parte únicamente de la escuela, sino también de la sociedad. La profesora María Antonia Casanova en una entrevista nos dice que, para lograr formar personas respetuosas, críticas, íntegras y creativas, tanto la sociedad como la escuela deberían seguir una vía fundamental: una educación por igual para todos los individuos independientemente de cuales sean sus capacidades físicas, mentales o intelectuales respetando en todo momento sus diferencias.
Obviamente, no se puede esperar una mejor sociedad sin una mejor educación. Pienso que la educación inclusiva es la única vía para lograr formar ciudadanos capaces de desenvolverse por si solos, es decir, con independencia y autonomía.
¿Qué es la educación inclusiva? La profesora Ma. Antonia Casanova nos explica que: ''Educación inclusiva es educación para todos, en unos mismos centros que ofrezcan, por tanto, iguales oportunidades en cualquiera de los órdenes de la vida. La educación es una sociedad democrática o es inclusiva o no es educación. Si no es educación inclusiva, entonces estamos hablando de una formación parcial, no es una formación completa para la generalidad del alumno''
La autora de esta entrevista Trilce Piña Mendoza nos habla de que la personalización es una de las claves fundamentales para una educación inclusiva, es decir, que para que la educación inclusiva sea una realidad debería haber una ruptura con las rutinas igualitarias, las cuales piensan que todos los alumnos son iguales. "Tenemos que entender que cada alumno es diferente, aunque no sea de otra cultura o no tenga discapacidad alguna. Los alumnos siempre presentan diferencias entre ellos, de ahí la importancia de la personalización y de la enseñanza. Cuando hablamos sobre la atención a la diversidad en educación, hablamos de la necesidad de personalizar en todo lo posible los procesos educativos que se producen en los centros docentes". El modelo de educación inclusiva es válido tanto para alumnos con necesidades especiales, como para todos los alumnos, ya que cada uno es diferente y todos requieren personalización educativa.
He de decir también, que en mi experiencia de voluntaria en Down Toledo he visto la lucha constante que tienen los padres para que sus hijos tengan una inclusión educativa y social, es decir, una educación en un colegio ordinario con los demás niños, pero que tengan las mismas oportunidades que el resto, es decir, que les den el apoyo que necesitan. Si un niño con un desarrollo normo-típico no necesita un apoyo, pues no lo necesita. Pero hay otros niños que si que lo necesita, entonces lo adecuado es que se les dé ese apoyo en un colegio ordinario y que se les brinde esa oportunidad. Esta experiencia ha hecho que me meta más en este mundo, apoyando a estos padres para que a sus hijos no se les excluya, porque excluyéndoles, se les excluye de las oportunidades que los demás niños sí que tienen.
Ojalá, que en un futuro cercano la sociedad y la educación cambien y velemos por una sociedad justa e igualitaria para que así, el mundo se convierta en un mundo mejor para todos, un mundo inclusivo. Porque la inclusión salva vidas.
María Sánchez Boiza, estudiante de 2º de Magisterio de Educación Primaria.
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