Muchas veces las cosas cambian muy rápido y no estamos preparados para ello. En un mundo que creía tenerlo todo pesado, medido, calculado y organizado nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa de esa enfermedad se han cubierto nuestras calles, plazas y ciudades y se ha adueñado de un silencio frió y desolador que paralizo todo a su paso, a causa de esto nos hemos encontrado un poco asustados y perdidos, ahora la sorpresa no nos la han dado las series, ni los videojuegos sino la vida misma y nuestra propia realidad que parece de película, pero a pesar de todo estamos recibiendo una gran lección, esta enfermedad ha dejado al descubierto todas esas rutinas con las que habíamos creado nuestra vida.
Todo esto lo ha hecho un virus del que cuesta creer como se propaga tanto y tan rápido y el que nos costará mucho tiempo encontrar su erradicación, hemos aprendido a valorar la vida y las cosas que poseemos. En una sociedad que ha potenciado que las personas sean más individualistas y competidoras ahora resulta que con esta pandemia se caen todos nuestros estereotipos, nos damos cuenta de muchas peculiaridades y que todos somos importantes y necesarios desde el sector más elevado al primario y que tenemos que remar todos juntos. Mucha gente ha comprendido quien son los verdaderos héroes, no es el futbolista que ves todos los fines de semana por la tele, ni la actriz del póster de tu habitación ni tampoco el cantante que escuchas todos los días en el coche, todos los verdaderos héroes son los que han ayudado a frenar esta situación desde los que han portado un granito de arena cumpliendo el confinamiento hasta los que han expuesto sus vidas.
Esta pandemia no nos deja indiferentes porque ha afectado a nuestras familias y a nuestro trabajo. La sociedad siempre se pone por encima de todo, pero el ocio la cultura el deporte la educación que estaban por debajo pasan a estar en un primer plano y nos damos cuenta de que estamos equivocados, que lo más importa para la mayoría de las personas es la familia, compañeros, amigos, etc.
He llegado a la conclusión de que ahora no se aplaude al final de un partido o un concierto porque ahora no los hay, aplaudimos a los que sirven a los demás que se exponen para que a nosotros no nos falte de nada durante esta cuarentena y a los que incluso están comprometiendo su vida salvando a los demás. Por eso se está viendo que por encima de la economía está la salud del mundo.
Por todos estos motivos, todo el mundo aprovecha estos días para parar, estar con uno mismo y echar de menos todas esas cosas normales a las que antes no se les daba importancia: poder hacer deporte al aire libre, una comida familiar o una cena con amigos.
Darío Díaz-Jiménez Moreno
2·A. Educación primaria
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