jueves, 11 de mayo de 2017

LA PUBLICIDAD TELEVISIVA, UN MEDIO DE MANIPULACIÓN

La televisión es uno de los medios con mayor presencia en las sociedades continentales, llegando a considerarla como un medio de comunicación básico. Sin que nosotros podamos evitarlo, todo lo que sucede en el entorno influye en nuestros comportamientos de la vida cotidiana. El televisor forma parte de nuestro ambiente, llegando incluso a ser considerada como un componente más en la familia. Nuestro comportamiento se encuentra influido en cierta medida por los programas, series y contenidos que la caja tonta nos ofrece y a veces pueden modificar nuestra perspectiva porque normalmente el ser humano cree más en lo que ve que en lo que escucha.

La televisión posee una gran fuerza para producir cambios en las personas y esto es debido a la utilización de imágenes con el fin de que los espectadores puedan interiorizar los mensajes. Éstos se adentran en el subconsciente y no se procesan como ocurre en el caso de leer. Además, tienen sonido, color, etc., convirtiéndose más atractivo para los espectadores.

La publicidad en televisión se suele utilizar para vender. Con frecuencia, cuando nos encontramos frente al televisor, nos interrumpen con anuncios publicitarios y a veces no tenemos otra solución que acostumbrarnos y asimilarlo aunque no nos resulte interesante. Los anuncios nos muestran una amplia variedad de productos que al ser presentados de cierta manera nos hace pensar que transformarán nuestro modo de ser. En ellos aparecen estereotipos de niños, mujeres, hombres, estilos de vida… y también se aplica un lenguaje publicitario que tiene como objetivo atraer al público de forma subjetiva a través de frases que en principio parecen objetivas. Igualmente aparecen canciones con ritmo y la persona que utiliza el producto en el anuncio tiene belleza y éxito, haciendo creer a las personas que si compran dicho producto, podrán ser como esa persona que se presenta en televisión. Así, se crean necesidades que son falsas, afectando de esta manera a las personas con pocos recursos económicos, pues se les hace creer que si no son consumidores de un determinado producto, no van a la par con la sociedad.

María Serrano Díaz


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