Desde hace años, hemos visto como los blogueros, instagramers o youtubers han crecido de manera exponencial, convirtiéndose en prescriptores de opinión, y evolucionando a la figura que conocemos actualmente como Influencers. Para la generación millennial y la Generación Z, personas que han nacido en la era digital y que toman como fuente de referencia a personas anónimas, han visto como estas figuras se han logrado consagrar como verdaderos líderes de opinión que movilizan a masas y generan gran repercusión en redes sociales.
A día de hoy, es común escuchar a niños y adolescentes que quieren dedicarse a las redes como los influencers que ve, ya que tan solo ven que subiendo un video o una fotografía pueden ganar dinero. Pero no todo es tan bonito, muchos de estos personajes públicos han expuesto que su vida no es tan idílica como la pintan en redes, porque, aunque se puedan ir de viaje con una marca o asistir a festivales y conciertos, ellos son conscientes que están perdiendo tiempo con sus amigos y familiares.
Los personajes públicos deben ser conscientes de que a través de las pantallas les ven miles de perfiles, entre ellos niños, y es por ello que deben cuidar el contenido que publican. Un mal uso de las redes sociales puede tener graves consecuencias a nivel social y psicológico.
Cristina Fernández Pérez
2º Magisterio Infantil
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