Buenos días, mi nombre es Elena y soy una alumna de la Universidad de Castilla-La Mancha que cursa el segundo año de magisterio de Primaria. Os vengo a hablar de una experiencia que viví mientras cursaba cuarto de Primaria en mi centro escolar situado en un barrio de Toledo. Lo ocurrido no me afectaba a mí en particular, pero fue algo de lo que se hablaba continuamente en el centro en ese momento que creo que todos los alumnos independientemente de la edad, éramos conscientes de lo ocurrido.
La situación que vivimos fue que en ese curso escolar se matriculó en nuestro centro educativo un niño con movilidad reducida, el cual necesitaba para moverse diariamente su silla de ruedas. El problema llegó cuando las instalaciones del centro no estaban preparadas para dicha situación, puesto que los patios del centro estaban formados por piedras, como algunas calles de Toledo; la accesibilidad al colegio era complicada puesto que este se encontraba en altura y no disponía de rampas, por lo que tenía que subir 7 escalones; tampoco contaban con un baño/aseo para este tipo de discapacidad física; no disponía de un ascensor para que dicho alumno pudiese moverse libremente por el centro o subir a la clase que le correspondía.
Los padres al ver las dificultades que se le ponían a su hijo, ya que necesitaba constantemente ayuda para poder moverse por el centro, decidieron hablar con la directiva del centro para que pusiesen una solución. El problema llegó cuando el centro les dijo a estos padres que era imposible realizar dichos cambios por falta de dinero y porque no podrían tener el colegio en obras durante el curso escolar. Los padres de este niño al ver que el centro no hacía por solucionar el problema, fueron a educación a explicar su problema e intentar que aquí les diesen una solución. Mientras tanto, todos los niños y profesores ayudábamos a dichos padres e hijo a moverse por el centro.
Las soluciones llegaron rápido, ya que se realizó una rampa para poder acceder al centro, se puso suelo llano en los patios y se instaló un aseo para este tipo de discapacidades. Pero el ascensor, debido a los costes de este, no se lo pudieron proporcionar. Por ello, los padres de este niño y los demás padres del centro pensaron en diferentes soluciones para poder obtener dinero e instalar un ascensor en dicho centro. Mientras que recaudaban el dinero, entre todos los profesores pensaron una solución temporal para que el niño pudiese dar clase sin que todos los día tuviese que subir cientos de escalones para llegar a su aula. Y esta solución fue la de mover la clase de 5 años que estaba en la planta cero a otra de las plantas del centro y dejar dicha aula para el grupo al que perteneciese este alumno.
Con el dinero que recaudaron a base de tapones, mercadillos solidarios, pulseras, papeletas, etc., pudieron poner al año siguiente en el centro un monta cargas, el cual hacia la función de ascensor para que este alumno se pudiese mover por todo el centro a su gusto.
Realizo este relato ya pasado unos cuantos años, porque percibo que, aunque actualmente la sociedad es consciente de las discapacidades existentes en ella, todavía sigue habiendo impedimentos en nuestro día a día para las personas con alguna discapacidad. La primera como he relatado se encuentra en los centros educativos, no solo para los niños con movilidad reducida, sino también para niños con discapacidad auditiva o visual, entre otras discapacidades. Pero también los encontramos en las calles, como por ejemplo en los escalones que se hacen en los pasos de cebra, en la inexistencia de sonido en los semáforos, en la inexistencia de braille en algunos lugares, y como estos problemas muchísimos en nuestro día a día.
Por ello, me gustaría que con este relato reflexionásemos sobre los problemas que pasan desapercibidos en el día a día de una persona con ninguna discapacidad, pero que una persona que si la tenga tiene que luchar con ellos continuamente. Por ello, creo conveniente que la sociedad evolucione, se dé cuenta de dichos problemas, y pueda solventarlos lo más rápido posible para que así todos los ciudadanos podamos disfrutar de una vida sin impedimentos.
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