LOS RASGOS DEL BUEN MAESTRO
M. J. P-B. MADRID
El profesor Vílchez cree que la docencia es una carrera eminentemente vocacional. Requiere conocimientos, pero también unas cualidades y capacidades de las que no todos gozan. Incluso, en su opinión, hay rasgos personales que ayudan a ser un buen profesor: «Buena inteligencia emocional, tener habilidades sociales, ser una persona equilibrada, con capacidad de empatía, poseer esa sensibilidad humana para captar lo que le puede pasar a una persona y que no se escapen los detalles del sufrimiento, capacidad para sacar lo mejor de uno mismo y del otro.
Esta es la clave. Con una dosis infinita de paciencia, capacidad de resistencia ante problemas como el estrés y capacidad para adaptarse a grupos diferentes... Hay que ser capaz de transmitir valores, tener una necesaria pedagogía de la calma que implica la escucha, dotes de comunicación, ser una persona simpática (un profesor que no sonría no es bueno), y que tenga autoridad, una característica moral que se gana día a día.
Pero sobre todo, por encima de todo, querer y amar al alumno».
"LA FELICIDAD ES SIEMPRE LA RESPUESTA"
"Los docentes tienen que estar motivados para hacer esos cambios. Esa motivación no se alcanza únicamente con incentivos materiales. Los cambios se producen cuando los docentes abrigan altas expectativas, comparten una meta y creen colectívamente en su capacidad de influir decisívamente sobre sus alumnos".
"Hay que comprometerse con la idea de la profesionalización docente,en el sentido de equiparar a éstos con otras profesiones en el diagnóstico, las prácticas basadas en evidencias empíricas y el orgullo de profesional". Vocación académica.
Fuente: Ph.D sin publicar, by Juan Diego Gómez
Juan Diego Gómez, antiguo alumno y colaborador de la revista.
Actualmente se encuentra realizando el Ph.D in Education