Hace ya casi tres meses y medio que volví de Finlandia, y creo que he necesitado todos estos meses para vaciar mi maleta de todo lo aprendido, recordar todo lo vivido y analizar, ya desde la distancia, una Educación catalogada como una de las mejores del mundo.
Quiero alejarme de los estereotipos, de lo que nos cuentan los muchos documentales o artículos que rondan por la red para contar lo que yo viví, lo que tuve la oportunidad de ver con mis ojos y experimentar.
Me gustaría empezar este artículo diciendo que me siento afortunada de haber podido estar en primera persona en, no solo una, sino varias aulas finlandesas, y haber podido hablar con niños y profesores que me abrieron las puertas de sus aulas y sus corazones desde el primer momento que pisé aquel colegio.
Quiero empezar hablando de la Educación Universitaria. Estudié los cinco meses en la Universidad de Turku, en un gran edificio conocido como Educarium. Es una universidad maravillosa, muy luminosa, con un amplio gimnasio, una gran biblioteca y salas, sillones y mesas repartidas por todo el edificio habilitadas para el estudio y los trabajos en grupo.
En Finlandia siguen el método 3+2. Tres años de Educación Universitaria y dos años de máster y especialización.
Quiero recalcar que la educación universitaria es gratuita, al igual que los másteres. Mi amiga Saga, estudiante finlandesa, me explicó que el Estado apoya económicamente a los estudiantes. Me contó que si tus padres no tienen dinero, da igual porque puedes llegar a ser médico si quieres. Aquí el dinero es lo que menos importa y no supone un límite en la Educación. Es por esta razón por la que es tan difícil entrar a la Universidad, porque, como ella me dijo, hay mucha demanda. Todos tienen la posibilidad de ir, por lo que hay mucha competencia.
La nota de acceso a la carrera de magisterio es de las más altas, puesto que corresponde a una de las profesiones que se consideran de mayor relevancia en el país. Por esta razón, para acceder no sólo es necesaria una buena nota, sino pasar una serie de entrevistas personales en las que se evalúa la vocación y la implicación social del estudiante.
La calidad de la enseñanza universitaria es realmente buena, aunque he de decir que los profesores universitarios en mi opinión están igual de preparados que los profesores españoles. El método de enseñanza sí varía ligeramente entre Finlandia y España.
Las clases son muy participativas y se conforman la mayoría con seminarios en los que los estudiantes debaten, compartiendo impresiones y opiniones acerca de diversos temas. La nota de las asignaturas está compuesta en su mayoría por la nota de trabajos, en los cuales normalmente es el estudiante el que escoge el tema sobre el que trabajar, y la nota de las exposiciones. Son pocas las asignaturas con exámenes, y en las que lo hay, la calificación del examen no lo es todo.
Hay dos tipos de aulas. Las aulas destinadas a las clases magistrales son clases normales, pero las que más me gustaron fueron las destinadas a los seminarios o clases prácticas. Son aulas con mesas triangulares con ruedas que pueden moverse para formar grupos más grandes o pequeños. De esta manera los alumnos se pueden desplazar por el aula intercambiando opiniones.
Esta es, en mi opinión, la mejor forma de aprender, dado que me permitió aprender muchísimo sobre Sociología, motivación o de muchos autores. Aunque, sin duda, lo más enriquecedor de este formato fue escuchar a mis compañeros de fuera de Finlandia hablar de la educación de sus países de origen. Desde aquí quisiera mandar un saludo a todos mis compañeros de Corea, Austria, Reino Unido, Rusia y de más partes del mundo que tanto me enseñaron.
Ahora hablemos de los colegios, de la educación en las aulas, del corazón de Finlandia. Aquí fue sin duda donde más aprendí.
Tuve la oportunidad de observar e impartir clases en el primer nivel (7 años) del Turku International School. Era un colegio único, pues en él había niños de todas las nacionalidades. Niños que llegan a Finlandia porque sus padres comienzan a trabajar en el país, o que por una u otra razón comienzan a vivir en Turku. En cada aula había tanto niños finlandeses como niños de diferentes nacionalidades (españoles, alemanes, ingleses, chinos, marroquís…), y las clases se impartían en Inglés.
Lo más importante, en mi opinión, a recalcar es:
- El gran interés de los niños por la lectura
- El respeto hacia el papel del profesor
- Metodología activa y participativa
- Los deberes no se hacen en casa, sino que se realizan ejercicios en clase
- No hay exámenes como tal (al menos en mi nivel), sino que se evalúa mediantes los ejercicios que se realizan y la observación
- La importancia de las materias artísticas. Me sorprendió el número de horas que tienen de “Arts and crafts”y de “Drama”. Me parece una metodología muy buena para trabajar la educación emocional, la expresión en público o la relación entre los alumnos de nuestra aula.
Aparte de las clases de teatro, en Arts and Crafts aprenden a coser, trabajar con madera o plástico y a reutilizar materiales. Durante el invierno, cuando se alcanzan temperaturas de -20ºC, en Educación Física esquían y patinan sobre hielo.
Las aulas son coloridas y están repletas de materiales didácticos. No hay ni un solo rincón en la clase en el que no se pueda aprender algo.
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Resumir cinco meses de aprendizaje en un solo artículo resulta complicado, pero lo que síque tengo claro es que aun tenemos mucho que aprender, sobretodo en cuanto al respeto por la Educación y por los profesores.
En Finlandia no entienden de Leyes Educativas, pues llevan bastantes años con la misma. Simplemente la modifican y son los profesores los que promueven las mejoras que se deben llevar a cabo. Nunca se me olvidará lo que nos dijo la profesora que nos hablaba de la Educación en las escuelas y en Finlandia. Íbamos a ver un vídeo donde se hablaba de la Ley Educativa, y antes de que comenzara nos dijo: “Esta es nuestra antigua ministra de Educación, pero da igual, porque la ley sigue siendo la misma”.
Quizás esto marque la diferencia.
La educación es el pilar más importante de un país, y los profesores son esenciales para que un país funcione correctamente.
Finlandia me regaló tanto... crecer como persona, como futura docente, me regaló recursos educativos y vivencias únicas. Finlandia me regaló una gran maleta llena de ilusión y esperanza. Finlandia aumentó por mil, mis ganas de ser maestra.
Clara Martín Cruz
Clara.Martin3@alu.uclm.es
