Todos nosotros nos hemos encontrado por la vida a personas (niños o incluso adultos) de los cuales alguna vez hemos pensado: "Que maleducado", "Que poca educación", "Que mal comportamiento".
Poniéndonos en situación, si nos encontramos con un niño pequeño de unos 2 o 3 años, su rabieta podríamos entenderla, pues éste aún no comprende ciertos estándares de comportamiento que los adultos sí tenemos asumidos (paciencia para obtener alimentación, espera para comenzar juegos…)
Ahora bien, ¿qué es para nosotros tener una buena educación?
En la Antigüedad, muchas personas pensaban que tener una buena educación estaba asociado a la fortuna que tuviera la familia. Si pertenecías a una familia adinerada, probablemente tuvieras una excelente educación. Sin embargo, si pertenecías a una clase social más baja, consideraban que tu educación era inferior. Por desgracia, en la actualidad, este pensamiento perdura en muchas personas.
Para mí, una buena educación la puedo apreciar en la persona que tiene una serie de valores tales como: humildad, respeto, gratitud, prudencia, responsabilidad, honestidad…podríamos nombrar multitud de valores que se pueden llegar a tener. Una persona que respeta a los demás, y que también se gana el respeto de la gente; aquellos que son humildes, que no presumen por lo que tienen, no miran con superioridad a otras personas, intentan dar todo lo que tienen o pueden siempre y cuando esté a su alcance; los que son agradecidos, sinceros …Es lo que realmente habría que valorar de una persona, no por lo que tiene. No deberíamos fijarnos en lo material, sino mirar más allá en ellos.
¿Cómo adquirimos nuestros valores?
Los primeros contactos humanos que tenemos al nacer son con nuestra familia. Ésta es la que fomenta los valores y establece las normas de convivencia social. Pero, no debemos olvidar que, en la escuela, se enriquecen estos valores y normas aprendidas en casa. Para ello, el profesor necesita conocer a sus alumnos para que los lleve a una reflexión acerca de la vida social en la que ellos se desenvuelven y van a convivir. Por lo que llegamos a la conclusión, que las figuras de la familia y la escuela son importantes para el desarrollo de valores en el niño.
Judit León Arévalo
2º Educación Infantil
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