Con esta nueva metodología los alumnos aprenden la lección diaria en casa, con recursos TIC que el profesor les facilita y de los que pueden disponer todas las veces que necesiten. El tiempo en clase se aprovecha para realizar proyectos o resolver las dudas que cada alumno pueda tener, permitiendo la adaptación del profesor a los distintos ritmos de aprendizaje de sus alumnos.
Muchos de los estudios realizados sobre esta nueva metodología concluyen en que el Flipped Classroom es una buena manera de educar, ya que los alumnos se sienten los protagonistas de su proceso de aprendizaje y tienen mayor autonomía para realizar los proyectos educativos, pero sin dejar de lado la cooperación entre los alumnos.
En mi opinión, es una nueva forma de enseñar bastante interesante y llamativa, y aunque a muchos profesores les puede resultar arriesgado cambiar su manera de educar, de vez en cuando hay que llevar a cabo la frase de "si no arriesgas, no ganas", siempre y cuando el cambio sea positivo para tus alumnos, ya que ellos son lo primero en todo momento.
Sonia Letamendía Delgado
Magisterio de Primaria, 2ºB
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