Durante este curso he descubierto cómo el juego, más allá de ser una simple forma de entretenimiento, se convierte en una verdadera herramienta de aprendizaje en el aula infantil. A través de mi experiencia en prácticas, he podido observar cómo los niños y niñas exploran, descubren y aprenden jugando.
En muchos momentos, he visto cómo una simple caja se transforma en un coche, en una tienda o en una casa. Ahí está la clave: el juego estimula la imaginación, fomenta la autonomía y refuerza las habilidades sociales.
También me ha sorprendido ver cómo mediante dinámicas lúdicas se pueden trabajar contenidos curriculares: matemáticas con bloques, lectoescritura con juegos de palabras, o valores como el respeto y la cooperación a través de juegos de rol.
Considero que a veces, como sociedad, subestimamos el poder del juego en edades tempranas. Pero la realidad es que, cuando se juega con intención educativa, el aprendizaje es más profundo y significativo.
El juego no es solo una pausa del aprendizaje: es una forma de aprender.
Bibliografía:
Vygotsky, L. S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Madrid: Crítica.
Alejandro Puebla Torres
2º educación infantil
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