El colegio y el instituto son las dos instituciones educativas que comprenden la formación obligatoria. Estas son muy diferentes a pesar de tener alumnos en el último y primer ciclo de primaria y secundaria respectivamente que están más o menos en el mismo nivel de desarrollo cognitivo y psicológico.
Es cierto que en ambas instituciones encontramos numerosas diferencias desde el edificio, el tipo de decoración, los materiales utilizados para el proceso de enseñanza- aprendizaje y los métodos didácticos de los profesores entre otras muchas cosas. Estas diferencias son algo comprensible, puesto que estamos hablando de dos etapas de la vida escolar del niño que tienen por su puesto sus propios rasgos, pero, ¿Cómo podemos suavizar estas diferencias para que los niños de primaria se adapten mejor al instituto?
Pues bien, seria conveniente, sobre todo en los primeros cursos de la Educación Obligatoria, que se intentaran asemejar lo máximo posible la distribución y decoración de las aulas evitando ambientes muy formales y dotando a las aulas de un carácter alegre e informal. Los materiales que se usan durante la primaria no se deben rechazar en la ESO y deben ser sustituidos progresivamente.
Por otra parte seria positivo que algunas de las actividades como por ejemplo hacer trabajos manuales para los días festivos se mantuviesen aunque orientadas de otra manera, para así seguir fomentando la creatividad de nuestros alumnos. Las actividades al aire libre o excursiones deberían mantenerse en una cantidad elevada puesto que son herramientas educativas extraordinariamente útiles.
Desde mi punto de vista, por supuesto discutible, los profesores de secundaria que consideren no tener herramientas didácticas suficientemente eficientes para enseñar contenidos deberían adquirirlas y aprender métodos didácticos motivadores para sus alumnos, consiguiendo así promover en ellos las ganas de aprender y de continuar gustosamente el camino de la educación. El aprender haciendo no debe ser un método abandonado, porque gracias a este los alumnos pueden construir sus conocimientos con la guía del profesor, desarrollan la curiosidad y la innovación y se divierten aprendiendo.
Las diferencias entre la educación primaria y secundaria son muy grandes, se propone un salto que muchos niños no consiguen realizar, por lo que todos los docentes debemos intentar suavizar este cambio.
Quiero dejar claro que no digo que la educación primaria y la secundaria deban ser iguales puesto que los niños a lo largo de su desarrollo tienen diferentes capacidades y por lo tanto diferentes necesidades educativas, pero sí creo firmemente que las diferencias con el colegio, sobre todo en los primeros cursos de la ESO es enorme y eso puede frenar la creatividad, desmotivar a los niños y posibilitar así el aumento del fracaso escolar.
Irene Morales Aguado.
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2º Ed. Primaria A. Facultad de Educación de Toledo.