En esta entrada voy a hablar sobre la participación que tienen las familias en los centros educativos.
En primer lugar, debemos dejar claro que la familia y la escuela no pueden estar aisladas, ya que es fundamental que ambas se complementen. Hay prácticas familiares que mejoran, en gran medida, el éxito escolar:
- Relación padres-hijos: debemos mantener conversaciones diarias sobre sucesos del día a día, mostrar afecto hacia los hijos, estimular el vocabulario enseñando nuevas palabras y visitar lugares como zoos, museos, bibliotecas.
- Rutinas de la vida familiar: debemos establecer rutinas como marcar tiempo de estudio, tener un lugar adecuado para estudiar, leer o trabajar; establecer hobbies e intereses de los niños.
- Expectativas familiares y control: los padres deben de tener control sobre el grupo de amigos de sus hijos, establecer prioridad al trabajo escolar, preocuparse por el uso correcto del lenguaje, etc.
Ahora bien, en los últimos años la vida familiar ha cambiado completamente, los horarios laborales actuales así como la incorporación de la mayoría de las madres al mercado laboral, dificultan la compatibilización del trabajo con las responsabilidades familiares. Con lo cual, la escolarización empieza cada vez a edades más tempranas.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que nadie enseña a los padres cómo deben educar a sus hijos, y deben enfrentarse cada día a las diferentes situaciones que se presentan, solventándolas de la mejor manera posible. Las familias tienen, ahora, unas necesidades que la escuela no debe obviar y que debe ayudar a cubrirlas como profesionales de la educación que son. Los padres no son expertos en materia educativa, y muchas veces se encuentran perdidos en ciertas tareas familiares, cuestionándose si aquello que hacen, y cómo lo hacen, es adecuado o no.
Las familias pueden involucrarse de diferentes maneras en los centros educativos:
- Consejo escolar: pueden aprobar y evaluar proyectos, proponer medidas que favorezcan la convivencia, etc.
- AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos): tiene como finalidad que los padres colaboren en actividades y participar en la gestión del centro.
Por último, debemos establecer una buena relación entre la escuela y la familia, ya que son los principales agentes educativos de los alumnos. Esto puede traer innumerables ventajas como por ejemplo el mayor rendimiento académico por parte de los alumnos. La escuela y, sobre todo, el profesor tiene el gran papel de ayudar al padre en la medida de lo posible, por lo tanto no debe reaccionar con un modelo agresivo, sino con un modelo asertivo. Es cierto que a veces no es fácil y hay situaciones de todo tipo, pero el profesor debe tener la suficiente responsabilidad de saber cómo actuar en cada situación. Además, reaccionando con un modelo asertivo se llegará a un acuerdo, mientras que si utilizamos un modelo agresivo sólo conseguiremos más problemas y que el padre/madre/tutor se vaya cabreado y esto tenga consecuencias negativas en nuestro trabajo. Es necesario que el profesor se ponga en el lugar del padre y que le entienda de la mejor manera, para así conseguir un bien común que nos beneficie a todos, incluido al propio alumno.
MARTA DE HITA PADILLA
4ºA EDUCACIÓN PRIMARIA
Fuente imagen: laopinionacoruna.es
REFERENCIAS
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