Un día en clase nuestro profesor Ricardo nos motivó a probar a estar un tiempo sin utilizar el móvil para observar el efecto que provoca en nosotros este dispositivo y la dependencia que actualmente tenemos hacia este. Esto me hizo reflexionar y días después llevé el experimento a cabo.
El primer día se me hizo un poco duro. Cuando me despierto, lo primero que hago es coger el móvil para informarme de las últimas noticias o leer los mensajes que me han podido mandar mis amigos, esto me lleva a estar muchos más minutos de los que debería en la cama, perdiendo el tiempo. Al no tener móvil, me levanté super pronto y salí a caminar por el campo. Llegué a casa muy feliz ya que estaba muy activa. Después hice tareas de la universidad y realicé un par de llamadas a mis amigos, los cuales estaban preocupados por mi desconexión en las redes. He de decir que, tras algunas otras llamadas, me sentí agobiada por la presión social que me suponía el simple hecho de dejar el móvil a un lado. Ese agobio casi me llevó a abandonar el experimento, pero decidí poner a prueba mi paciencia y continué.
En el segundo día, el cual iba a ser el último día de experimento, no me desperté con ganas de coger el móvil. La mañana no se me hizo dura ya que fui a la universidad y la mayor parte del tiempo estuve haciendo apuntes. Este día reflexioné mucho ya que me di cuenta de todas las cosas a las que no presto atención cuando estoy utilizando el móvil, empecé a apreciar detalles y pequeñas cosas que antes no me parecían importantes. Mis amigos me llamaban y me contaban lo que habían hecho a lo largo del día y yo les contaba lo mismo del mío. Si hubiese estado con el móvil no les hubiese prestado tanta atención ya que sabía que iba a poder leer sus mensajes en cualquier momento y me escribirían cuando les apeteciese.
Mi experimento había acabado, pero el día siguiente me desperté y lo primero que pensé fue: ¿Por qué tengo que coger el móvil?. Ahí me di cuenta de lo que había provocado en mí ese pequeño experimento. Los dos últimos días había sido más feliz que nunca, había hecho actividades al aire libre y apreciaba más a la gente que tenía a mi alrededor. Analizados los efectos que había tenido sobre mí, alargué un día más el experimento.
En conclusión, considero que el móvil es un medio que actualmente te facilita en muchos aspectos y te mantiene en contacto con los tuyos, pero si no sabemos controlar su uso, puede causar una adicción en nosotros y empeorar nuestra calidad de vida.
Este experimento a día de hoy ha dejado secuelas en mí. Días después del experimento, seguí sin utilizar apenas el móvil (hacía uso de él 20 minutos al día) e incluso tenía que recordarme que tenía móvil y actualmente lo utilizo, pero bastante menos que antes de realizar el experimento. Sin duda alguna volvería a llevarlo a cabo.
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