Cuando hablamos del acoso escolar, a veces no somos conscientes de la importancia que tiene. Estamos ante un problema de enorme magnitud y de fatales consecuencias. El acoso escolar, también conocido como "bullying", es la situación en la que un alumno sufre actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, por parte de uno o más estudiantes. El acosador crea una relación de dominio sobre su víctima utilizando amenazas, insultos y demás vejaciones. En la mayoría de los casos, el niño que sufre acoso mantiene su tormento en silencio, por miedo o vergüenza a que los maestros e incluso sus padres, descubran que está siendo humillado. Existen distintos tipos de acoso, todos ellos igual de importantes. Habitualmente el conflicto comienza con el acoso verbal, a través de insultos o motes no deseados, lo que deja la autoestima del sujeto al cero. Así se pasa a la fase del hostigamiento psicológico, utilizando las amenazas para cultivar el miedo. Por último puede llegarse al más peligroso de los extremos: el maltrato físico. Este tipo de acoso acaba por hundir a la víctima.
En algunos casos, el niño puede ser también ser aislado del conjunto de la clase, mientras que en otros puede ser parte de un subgrupo más pequeño.
Una vez aclarado lo que se entiende como acoso escolar, se hace necesario ponerse en la piel de un niño que es víctima. Imagina que cada mañana el sonido del despertador te recuerda que a la hora de llegar a clase, tendrás un grupo de chicos y chicas mofándose de cómo vas vestido o de tu peinado, a pesar de ser muy parecido a lo suyo. Imagina que cada vez que te sientas en el pupitre observas que tienes inscripciones hirientes en la mesa, o que incluso te faltan objetos como un lapicero. Imagina que a pesar de intentar hacer caso omiso de todas esa mofas, tras un tiempo, llegas a auto-convencerte de que el problema realmente lo tienes tú. Ahora piensa que debido a esto, tu rendimiento comienza a empeorar y tus padres, ignorando el problema, te culpan y te instan a trabajar más y más. Por último, imagina lo que tiene doler cada golpe que recibes, sintiéndote el saco de boxeo particular de un grupo de compañeros que te cosifican sólo por diversión. ¿Cómo te sentirías?
Considerando que en nuestro país entre un cinco y un diez por ciento de los alumnos entre 10 y 15 años sufren acoso escolar grave, necesitamos reflexionar sobre las posibles soluciones. En primera instancia, serían necesario dar talleres de concienciación tanto para los padres como para los alumnos. Así mismo, también sería conveniente ayudar a las víctimas a expresar sus problemas y a saber cortarlos de raíz. De esta forma conseguiríamos que cierto número de alumnos no asociasen los centros de educación con el dolor y el sufrimiento, evitando así, parte del fracaso escolar.
Inmaculada Pavón Valiente
2º Educación Infantil
muy interesante información
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