La participación de las familias en la educación y formación de los niños es realmente necesaria, ya que, si los conocimientos adquiridos en el ámbito formal no se consolidan y trabajan en casa, el esfuerzo realizado por los docentes no habrá servido de mucho.
Es importante tener en cuenta que la familia es el primer agente de socialización y que la coordinación del centro y/o tutor con los padres debe llevarse a cabo antes de que el alumno se incorpore al aula, pudiendo preparar así el terreno para una mejor adaptación del niño a un entorno totalmente desconocido.
El principal objetivo que se persigue con la participación de los padres en el ámbito educativo es que ambas partes reciban la información necesaria, es decir, que los docentes obtengan información acerca de aquellos aspectos del alumno que no pueden observar mediante exámenes y que pueden mejorar su desarrollo en el aula, y que las familias reciban información sobre cómo se encuentra su hijo académicamente y cuál es la mejor manera de ayudarlo desde casa.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los padres participan de la misma forma con el centro educativo. Esto puede ser debido a su falta de interés, su desconocimiento sobre cuáles son los métodos adecuados para hacerlo o la poca iniciativa por parte del centro para conectar con los familiares.
Begoña Sánchez García
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