Todos, absolutamente todos, en algún momento de nuestra vida hemos escuchado en el colegio o centros educativos frases como: "Esa es una marginada; gordo; nadie te quiere, todos se reirán de ti; nenaza…" y muchos más del estilo de estos.
Está claro que a nadie nos gustaría recibir "ataques" como estos, pero por desgracia en la actualidad cada vez son más los casos que se dan en el colegio por parte de niños disfrazados de acosadores.
Es aquí, donde comenzamos a hablar del término acoso escolar o bullying, ese concepto definido como la forma de maltrato físico, psicológico o verbal que un niño o conjunto de niños ejerce sobre otro de sus compañeros de forma continuada, ya sea de forma directa o indirecta.
A día de hoy, la sociedad nos preguntamos cómo podremos diferenciar este tipo de ataques entre niños de una "simple pelea" que ellos luego solucionan, pero es hora de abrir los ojos y reflexionar sobre la típica frase de: "La broma termina cuando uno de los participantes ya no se divierte", digo que tenemos que reflexionar, porque la inmensa mayoría no somos conscientes de que a veces, no es una simple pelea de niños por algún juego, sino que ha pasado a ser un acto convertido ya en acoso escolar, por el maltrato, mayormente verbal, que se está dando hacia el otro compañero.
También cabe destacar que, en la actualidad, en el S.XXI, algunos dudamos si la víctima puede ser culpable del acto que está sufriendo. Es decir, si la víctima que está sufriendo un daño físico o moral, podría ser por el comportamiento que este está teniendo.
Es justo en este mismo instante, donde algunos tras leer lo anteriormente dicho piensan que sí, piensan que si, por la sobreprotección que se da al acosador antes que al acosado o porque el hecho de que la familia denuncie el maltrato que está sufriendo su hijo tendrá un empeoramiento emocional en el niño.
Pero desde mi punto de vista esto es un NO, aunque es cierto que muchas veces la víctima se siente culpable porque un mayor justifica al maltratador y crea inseguridad en la víctima de bullying, crea en el un pensamiento de culpabilidad por dar la razón a quien está ofreciendo malos hechos. Es un no, porque todos tenemos derecho de expresar nuestras ideas y de ser entre nosotros diferentes, no por ello tenemos que sufrir acoso escolar.
Por último, hay que decir que, desde mi opinión, como futura maestra, creo que no existe mejor herramienta que la educación para poner fin a ese desperfecto. Y como futura educadora, me gustaría que entre todos luchemos por implantar la paz en el aula, además de que sea la comunidad familiar y toda la sociedad la que lo implanten, por acabar con la violencia que muchos niños sufren a diario y por no crear culpabilidad en la víctima.
Rocío Jorge Megías.
2ºA Magisterio Educación Primaria.
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