En
educación infantil, el cuento es un gran recurso para trabajar en clase con los
alumnos. En este caso, para trabajar las dificultades, de aprendizaje o de
cualquier tipo, he encontrado el siguiente cuento:
“Facilitonia, el paraíso de las cosas fáciles”
Contaba la leyenda que existía un
país llamado Facilitonia donde todo era extremadamente fácil y sencillo.
Roberto y Laura, una pareja de aventureros, dedicó mucho tiempo a investigar sobre aquel lugar, y cuando
creyeron saber dónde estaba fueron en su busca. Vivieron mil aventuras y
pasaron cientos de peligros; contemplaron lugares preciosos y conocieron
animales nunca vistos. Y finalmente, encontraron Facilitonia.
Todo estaba en calma, como si allí se hubiera parado el tiempo.
Les recibió quien parecía ser el único habitante de aquel lugar, un anciano
hombrecillo de ojos tristes.
- Soy el desgraciado Puk, el
condenado guardián de los durmientes - dijo con un lamento. Y ante la mirada extrañada de los viajeros,
comenzó a contar su historia.
El anciano explicó cómo los
facilitones, en su búsqueda por encontrar la más fácil de las vidas, una vida
sin preocupaciones ni dificultades,
habían construido una gran cámara, en la que todos dormían plácidamente
y tenían todo lo que podían necesitar. Sólo el azar había condenado a Puk a una
vida más dura y difícil, con la misión de cuidar del agradable sueño del resto
de facilitones, mantener los aparatos y retirar a aquellos que fueran muriendo
por la edad. Todo aquello ocurrió muchos años atrás, y los pocos facilitones que quedaban, aquellos que como Puk eran
muy jóvenes cuando iniciaron el sueño, eran ya bastante ancianos.
Los viajeros no podían creer lo que
veían.
- ¿En serio sientes envidia del resto?
- ¡Pues claro!- respondió Puk- Mira qué
vida tan sencilla y cómoda llevan. Yo, en cambio, tengo que buscar
comida, sufrir calor y frío, reparar las averías, preocuparme por los durmientes y mil cosas más... ¡esto no es
vida!
Los aventureros insistieron mucho en
poder hablar con alguno de ellos, y con
la excusa de que les hablara de su maravillosa existencia, convencieron
a Puk para que despertara a uno de los durmientes. El viejo protestó pero se
dejó convencer, pues en el fondo él también quería escuchar lo felices que eran
los facilitones.
Así, despertaron a un anciano. Pero
cuando hablaron con él, resultó que
sólo era un anciano en apariencia, pues hablaba y pensaba como un niño.
No sabía prácticamente nada, y sólo contaba lo bonitos que habían sido sus
sueños. Puk se sintió horrorizado,
y despertó al resto de durmientes, sólo para comprobar que a todos les había
ocurrido lo mismo. Habían hecho tan pocas cosas en su vida, habían superado tan pocas dificultades,
que apenas sabían hacer nada, y al verlos se dudaba de que hubieran llegado a
estar vivos alguna vez. Ninguno quiso volver a su plácido sueño, y el bueno de
Puk, con gran paciencia, comenzó a
enseñar a aquel grupo de viejos todas las cosas que se habían perdido.
Y se alegró enormemente de su suerte en el sorteo, de cada noche que protestó
por sus tareas, de cada problema y dificultad que había superado, y de cada vez
que no entendió algo y tuvo que probar cien veces hasta aprenderlo. En resumen,
de haber sido el único de todo su pueblo que había llegado a vivir de verdad.
Para resumir este cuento y justificar mi elección, he
de decir que es muy importante enseñar a los alumnos sobre las dificultades y
problemas de la vida diaria, y sobre
otras dificultades con las que hay niños que nacen y deben aprender a vivir con
ellas toda su vida. Mostrar los problemas, no como obstáculos, sino como una
forma de crecer y aprender, e inculcar los valores de superación y esfuerzo.
Yolanda Blanco Arribas
1º de educación infantil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por contribuir con sus comentarios a las entradas de nuestra Revista Digital.