En mi periodo de prácticas del Practicum I he tenido la posibilidad de tratar con niños de edades muy diversas, y cuando tuve acceso a la clase de los alumnos de 1º de educación primaria hubo un detalle que me llamó especialmente la atención: los niños no paraban de hablarme de sus mascotas, de sus animales favoritos y de lo mucho que les gustan. Esto me hizo reflexionar sobre una cosa que es bastante obvia, a los niños les encantan los animales y les motivan un montón. Partiendo de esta idea decidí buscar información sobre los beneficios del trato de de niños con animales.
Encontré información aportada por autores como Fernando Rodríguez Jiménez, en la que se explica cómo el trato con animales, la relación y observación de la naturaleza y la apreciación o inmersión en la misma son factores que ayudan a los niños a volverse más empáticos y reflexivos, y ha salir de ambientes de la sociedad que, mediante la televisión y medios de comunicación, pueden hacer que se conviertan en personas más frías, sádicas y con poca sensibilización hacia el trato con los demás. Se explica en este documento cómo en las ciudades y lugares urbanos, los seres humanos tendemos, atendiendo a nuestra naturaleza, a tener mascotas que se adapten a este medio para que puedan convivir con nosotros. Esto es una muestra de nuestras inclinaciones naturales y de la necesidad que solemos tener de vernos en ambientes de naturaleza o con animales, ya que estos suelen ayudar mucho al componente afectivo y psicológico propio. (Jiménez 2002)
También observé que hay expertos que recomiendan el cuidado de una mascota en el aula en edades de primaria, como por ejemplo un hámster, un conejo, un pájaro... para que los niños aprendan a valorar el cuidado de una vida, el respeto por la misma y a ser responsables y ver a estas criaturas, no como juguetes, objetos o adornos, si no como lo que son, seres vivos. Se recomienda el poder cuidar este tipo de mascotas en el aula para que aquellos niños que no puedan gozar de la experiencia de tener una en sus casas por el motivo que sea, tenga la oportunidad de disfrutar de ello y crecer en esos valores de responsabilidad y respeto a la vida. Además, estas son vivencias que gustan mucho a los niños, pues suelen sentir gran atracción hacia los animales. (Menéndez & Maza)
Tras esto, he de decir que de forma humilde opino que, no solo hay que enseñar a los niños las funciones vitales de estos animales, su reproducción y cómo crecen o se alimentan ( cosas realmente importantes e interesantes), más allá de eso hay que buscar que entren en contacto con estos pequeños o grandes seres para que creen lazos de afecto y cariño mutuos y así educarles en el ámbito moral, y hacer que crezcan en empatía y respeto por su entorno y por el hábitat, no solo propio, sino del resto de seres vivos del planeta.
Iria Gálvez , alumna de 3º del Grado de Magisterio de E.P. de la mención de TICE
FUENTES CONSULTADAS:
Jiménez, F. R. (2002). Los niños, los animales y la naturaleza. Madrid: Edaf, S.A.
Menéndez, E. D., & Maza, Á. M. (s.f.). Los animales en la vida cotidiana del aula: propuestas para distintos proyectos. En E. D. Menéndez, & Á. M. Maza, La educación en los primeros años Nº 17 (págs. 57-73).
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