Una de las principales preocupaciones de los maestros en las escuelas se trata de las cuestiones relacionadas con la indisciplina escolar, es decir, con los conflictos que se pueden producir entre los niños y niñas. Es por eso, que los maestros dedican un gran esfuerzo y energía en llevar a cabo el cumplimiento de unas normas, el mantenimiento del orden, hacerse respetar, etc. Es decir, éstos tratan de garantizar un buen funcionamiento del aula para poder controlar el comportamiento de sus alumnos y conseguir que éstos obedezcan y evitar posibles conflictos.
Entre los términos utilizados para referirnos a este tipo de actitudes podemos encontrar: agresividad, violencia, conflictos, intimidación, bullying, etc. Es muy común utilizar de la misma manera los conceptos de conflicto y violencia para referirse a lo mismo. Sin embargo, no es adecuado utilizar dichos términos simultáneamente, puesto que el conflicto responde a situaciones cotidianas de la vida social y escolar, que se dan enfrentamientos de intereses, discusión y necesidad de abordar el problema. Mientras que la violencia es una de las maneras de enfrentarse a una situación.
Desde el primer momento que los niños y las niñas empiezan a interactuar en el centro escolar con sus iguales, empiezan a establecer relaciones afectivas con sus compañeros. En un primer momento los niños y niñas juegan en solitario, no tienen interés en interactuar con los demás. Más adelante, empiezan a interactuar para compartir los juguetes o para buscar una misma meta juntos. Será más adelante cuando ya empiecen a tener conciencia de los compañeros de juegos y de trabajo en el aula, en este momento es en el que empiezan a producirse los conflictos entre ellos. Es por ello, que los conflictos más frecuentes que podemos encontrar en Educación Infantil son:
- Disputas relacionadas con la posesión de objetos, espacios.
- Disputas ocasionadas por la distribución de roles dentro del grupo, o por situaciones de discriminación…
- Disputas producidas por el incumplimiento de normas en los grupos.
- Competiciones entre los alumnos por ser los mejores.
- La agresividad puede estar dirigida contra el propio niño, contra los demás niños o adultos, o contra los objetos, y puede ser física o verbal. Puede ser de tres tipos:
- Agresión instrumental, es manipulativa y responde a situaciones de frustración por no poder obtener un objeto, por separación de una persona.
- Agresión hostil para dañar o molestar a alguien.
- Agresiones lúdicas que se suelen dar en el juego activo, desordenado y también en la ficción.
Se trata de un tema de gran importancia del que hay que tomar conciencia y tratarlo desde la Educación Infantil. Aunque se hable de conflictos escolares no son los maestros los únicos que tienen que evitar e intervenir para resolverlos, sino que desde las familias se empieza ese camino, puesto que es el primer ámbito en el que los niños comienzan su educación. En el momento que los niños comienzan su periodo escolar, son los maestros los que intervienen en estos aspectos, pero no por ello deja de ser función de los padres, sino que actúan en conjunto familia y escuela. Es por eso que nosotros como futuros maestros debemos tener siempre en cuenta este tema de los conflictos escolares e intervenir en los casos que sean necesarios.
Silvia del Pino Morales
2º Magisterio Infantil