Un Abrazo de Luz es una fundación española sin ánimo de lucro, situada en Elche (Alicante), que mira y se preocupa por el progreso y el bienestar de niños y niñas en riesgo de exclusión. Se ocupa de chicos y chicas entre 3 y 12 años, pero si después de doce siguen necesitando ayuda, pueden quedarse un par de años más. Tiene como objetivos:
- Prevenir toda situación de inadaptación, desigualdad o rechazo social.
- Ofrecer alternativas de aprendizaje mediante procedimientos educativos y ocio saludable.
- Crear un espacio de intervención educativa a través de las nuevas tecnologías.
- Promover la tolerancia, el compañerismo y la admisión de nuevas culturas.
- Desarrollar habilidades sociales.
- Ofrecer igualdad de oportunidades para su desarrollo personal mediante apoyo escolar, para que tengan un rendimiento académico adecuado.
- Garantizar las necesidades alimenticias básicas a través de una comida/cena que se ofrecerá a los niños y las niñas.
El entorno en el que se encuentra es tranquilo y de fácil acceso. Consta de un amplio patio al aire libre con una pista y una zona con casas de juguete. El mobiliario interior está adaptado y decorado a los niños y niñas. En los servicios no hay distinción por colores (rosa o azul). También encontramos una sala de lectura, con libros adecuados a todas las edades; una sala de informática, con diversos ordenadores; una sala de calma, en la que la luz es más tenue y el suelo es blando y lleno de peluches y almohadas; y un escenario donde pueden realizar diferentes actividades. Incluso tienen una sala de peluquería, en el que de vez en cuando cortan el pelo a los niños y niñas que lo necesiten. Además, realizaban diversos tipos de talleres cada dos semanas, por ejemplo, venían a contarles un cuento y después les pintaban la cara, realizaban un marcapáginas por el Día del Libro, o incluso hacían un taller de cocina, preparando su propia pizza que luego se convertía en su cena. Cada tres meses, también se realizaba una excursión a algún lugar cercano o de interés para los niños y niñas, como por ejemplo al parque de bomberos, a la playa…. Y, por último, siempre celebraban Halloween, Navidad, Carnaval… decorando las instalaciones de forma según l situación y disfrazándose según correspondiera.
Mi experiencia en esta fundación como voluntaria, me hizo crecer como persona, a pesar de estar sólo 1 año. Iba todos los jueves de 16:30 a 19:30. Cuando llegaba, la mayoría de los chicos y las chicas ya estaban allí, porque llegaban a las 15:30 que era cuando salían del comedor escolar.
Al llegar, me sentaba en una mesa con un niño/niña que necesitara ayuda con los deberes que traía del colegio. Al acabar, me iba con otro/a, o podía salirme al patio a vigilar a los que estaban jugando porque ya habían terminado sus deberes. Una vez en el patio, jugaba con los chicos y las chicas a la comba, al pilla-pilla, al fútbol… Tenían diversos juguetes y materiales como coches, patines, balones, puzles… Cuando eran las 19:00, todos recogíamos y nos íbamos dentro a lavarnos las manos, a poner la mesa y a sentarnos para que a las 19:30, los niños y las niñas se tomaran su cena. Por último, los padres iban a por ellos hasta las 20:30.