La televisión es un elemento educativo, tanto para mal como para bien. El objetivo fundamental es que tanto los padres como los niños aprenden a usarla de manera correcta.
Es muy importante que los niños cuando estén viendo la televisión sea siempre bajo la supervisión de un adulto, este debe estar también viendo la tele, porque es necesario comprobar que el contenido sea adecuado para la edad y maduración del niño. Las cosas principales en las que el adulto se debe fijar para saber si ese programa es adecuado es en que no haya insultos y los personajes no sean agresivos.
El tiempo que estarán viéndola debe ser moderado, pueden ver la televisión, pero no a todas horas ni todos los programas. Cuando esos niños vayan creciendo el tiempo de televisión deberá ser negociado entre los niños y los padres lo que desean ver, esto permite que haya diálogo entre ellos y que sean capaces de exponer sus argumentos.
Los contenidos deben ir adecuándose a los gustos y las necesidades que el niño va teniendo, es importante que las actividades se relacionen con temas que a los niños les gusten mucho. Estos contenidos favorecen el desarrollo de la actitud crítica y la profundización de los conceptos y temas que aparezcan, favoreciendo la motivación. Si es posible se deben utilizar vídeos para no exponer a los niños a ningún anuncio.
En las aulas la televisión no puede ser un sustituto del maestro ya que es este el que debe impartir los conocimientos en todo momento, aunque pueda respaldarse en otros recursos. La experiencia directa es mucho más importante que el recurso audiovisual, aunque puede ser utilizado como un reforzador.
El uso de la tele puede ser un elemento motivador para el niño ya que para él forma parte de su tiempo de ocio, hace que se pueda romper la monotonía y así activar el interés de los niños de nuevo, hace que los niños se sitúen en un contexto más cercano a ellos y que puede ocurrir en su día a día y puede ser un reflejo de la sociedad y cultura actuales.
El uso de cualquier elemento audiovisual requiere tres momentos:
- Previo al visionado: elegir el programa para que sea adecuado en dicho contexto e informar lo máximo posible a los alumnos sobre este.
- Durante el visionado: no se puede quitar el vídeo a la mitad ya que está estructurado para su completa visión y se deben tomar notas para establecer después un debate sobre lo que se ha visto.
- Posterior al visionado: se debe crear un diálogo entre los alumnos en el que van a aportar sus impresiones sobre lo que han visto.
María del Pilar González Ferrer
2º de Magisterio Infantil