miércoles, 2 de junio de 2021

Valores y emociones como base en la escuela.

Realizo mi aportación a esta práctica dando mi opinión acerca de varios aspectos que para mí son bastante significativos y que en cierto modo me están moviendo en mi etapa universitaria (aunque, pese a no recordar si en mi infancia lo han hecho, sí que soy consciente de que estuvieron presentes cuando cursé Educación Secundaria Obligatoria). Y ya no sólo por experiencia personal, sino porque cuando hablas con la gente te hacen consciente de que son aspectos debemos cuidar y, por tanto, trabajar en la actualidad y en el futuro. Sin más dilación, me refiero a los valores y a las emociones que se transmiten tanto por parte de nuestro entorno (especialmente en el centro educativo y en la familia) como también por nosotros mismos. Estos aspectos pueden acarrear tanto muchos y buenos beneficios, como también problemas, por lo que debemos enfocar nuestra labor como docentes y educadores también desde un punto de vista emocional (no olvidemos, eso sí, otros aspectos como los cognitivos) todas nuestras acciones. 

Me gustan mucho las charlas TED y del BBVA, por lo que me permitiré decir que los contenidos que aparezcan en esta aportación no serán contenidos sólo míos, sino también de las personas que me los han hecho interiorizar.

Comenzaré con una charla de Begoña Ibarrola, psicóloga y escritora, la cual dice que aprender es un proceso que está muy ligado al cerebro, ya que es lo que le complace. Sin embargo, gracias a aquello que ha aprendido sobre neurociencia y otras investigaciones recientes, tiene y está claro que el hecho de aprender y todo el proceso cognitivo que se da con el aprendizaje está basado en un tándem entre cognición y emoción unidas, no separadas. Como bien dice, estoy totalmente de acuerdo en que las emociones influyen en el que aprende, pero también en el que enseña (no olvidemos esta parte). Son la que van delante del aprendizaje, las responsables de la memoria, de los recuerdos, y por ello que la mayor parte de las cosas que recordamos en nuestro día a día lo son porque las hemos aprendido o vivido con emoción, a pesar de que luego esos recuerdos sean más positivos o más negativos.

 A continuación, también me son útiles las palabras de Jose María Pérez "Peridis", caricaturista y arquitecto, y utilizo de él, para abordar esta aportación, su propia historia, su experiencia. Cuenta la iniciativa que tuvo de las escuelas taller, que consistía en recuperar jóvenes, oficios y patrimonio; ¿su principio? "Aprender haciendo y hacer aprendiendo". Gracias a ello y a la labor que ejercieron los encargados o maestros de oficios no sólo consiguió formar a chicos y chicas que estaban en la calle a que se convirtieran en agricultores, herreros, albañiles, canteros… (es decir, les enseñaron una labor trabajando en ello), sino que también recuperaron un monasterio entre todos (también los "alumnos"). Esto no sólo me hace ver la importante tarea de enseñar a los niños en habilidades y conocimientos que van a poder abordar en un futuro, sino que me hace pensar cuánto de importante pudo ser para esos chicos que una persona que igual no les conocía de nada les escogiese y confiase en ellos; aquí los valores que les inculcaron fueron innumerables, y las emociones que les pudieron hacer sentir con sus actos creo que también fueron determinantes. De nuevo, veo que los valores y las emociones son aspectos que marcan la diferencia cuando intentamos desarrollar integralmente a un niño.

 Finalmente, utilizo la ponencia de Yolanda Cuevas Ayneto en TEDxZaragoza para concienciar a los profesores y maestros, sean de la asignatura que sean, de que trabajar con niños, jóvenes, adultos, etc. conlleva una gran responsabilidad por su parte sobre su educación, y ésta debe de estar adaptada a persona, a las necesidades y a la realidad del momento en el que ocurra. Gracias a Yolanda me puedo permitir decir que el valor que se fomenta cuando nos preocupamos y nos esforzamos porque los niños se eduquen mejor es uno de los valores que rigen mi vida, y como futuro docente que espero ser trabajo cada día para mantenerlo y poder enseñarlo y que los demás lo vean.

Como no, la labor del profesorado no sería nada sin la de los padres, y por tanto la comunicación y el entendimiento entre ellos es importante ya que muchas veces no somos conscientes del enorme impacto que tienen las palabras y sus hechos. De aquí, el apoyo es muy importante para que cada alumno, cada hijo, pueda iniciarse en sus pasiones, en sus retos, en sus ilusiones… y todo este proceso tiene un fuerte contenido de emociones y también de valores.

Añado a este último "apartado" unas palabras de Mar Romera, maestra, la cual expone que "las emociones no se aprenden por apuntes, hay que vivirlas". Con ello termino reiterando la labor de cada uno en la educación de los demás, en que cada momento es útil para fomentar una emoción y un valor que pueda ayudar al otro y serle útil en su desarrollo, y por ello, en cuanto a los alumnos, el papel conjunto de sus padres o tutores legales y del centro educativo sirve como trampolín para ellos pero también para estos dos agentes sociales que verán cómo sus objetivos en cuanto a las personas que quieren y que aprecian y por las que también trabajan se ven conseguidos.

 Para concluir mi aportación, pienso que no necesito mucho más que decir que lo que aquí está escrito. Todo esto procede de las emociones - positivas - y de los valores que me han aportado y con los que me siento identificado (solidaridad, preocupación por los demás, empatía, ayuda, cariño, esfuerzo, formación, etc.). Gracias a ellas sé que mis capacidades cognitivas están más preparadas para estudiar o aprender (tanto materias que me gusten como que no), y con ello conseguir superarse y, por tanto, desarrollarse íntegramente es más fácil. Por ello creo que debemos actualizarnos y acompañar a estos aspectos a través de un aprendizaje cooperativo entre todos, donde escuela, maestros o profesores, alumnos, familias y entorno ponen de su mano y donde, a pesar de existir diferencias entre cada uno, se promueven valores que hacen que el conjunto, el equipo, sea más que la suma de sus miembros; gracias a ello todas las aportaciones que se realicen sirve exponencialmente para que los niños y niñas estén preparados desde el inicio, y porque con ello podemos prevenir muchísimos problemas como el abandono escolar, la depresión, la falta de motivación, etc.

David Bernardo Hernández

David.Bernardo@alu.uclm.es

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