En
primer lugar, en la clase de lengua hemos tenido muchísimas risas en el
aula, puesto que hemos hecho rimas con diferentes palabras (para
aprender también vocabulario), pero a la vez es porque estamos
preparando actividades para ejecutar en la pizarra digital en los
próximos días.
El
profesor mediocre dice. El buen profesor explica. El profesor superior
demuestra. El gran profesor inspira (William Arthur Ward). Quiero
recalcar esta frase hoy, puesto que lo que me ha sucedido en el aula me
ha hecho emocionarme. Jamás en mi vida había tenido una sensación así...
y os cuento el motivo de ello.
Era
cuarta hora, en clase de religión. La clase iba sobre los talentos que
Dios nos ha dado, como por ejemplo el altruismo, la felicidad... Pero mi
profesora de apoyo Isabel, tras haber escuchado al alumnado y, por su
¡puesto, haber participado tanto ella como yo en clase, me ha soltado
una mirada... y les ha dicho a los niños... Chicos, si tuviérais que
decirle algún talento que tiene Jesús, cuál sería?
No
podía creer lo que estaba viendo en ese momento. Los 23 alumnos, con
las manos en alto, listos para decir algo bueno hacia mí... Cuando lo he
visto, me he echado las manos a la cabeza, y he pensado... Está
sucediendo? Esto es real??? No daba crédito, os lo digo totalmente en
serio. Y, uno por uno, me han ido diciendo cosas positivas que han visto
de mí, como por ejemplo la alegría que desprendo, o el conocimiento que
tengo de muchas cosas.
Hasta
tal punto me ha llenado, que esta misma tarde, al llegar a la
autoescuela a realizar mis prácticas diarias, me ha visto mi profesor
llorar de alegría en el coche antes de salir. Os puedo decir, de
corazón, que jamás en mi vida me había sentido tan aceptado por un grupo
de alumnos. Los quiero, y siempre los querré. Siempre será mi primer
grupo de alumnos, el curso de 5ºB del cole Gregorio Marañón...