Reflexionando sobre los fallos que comete nuestro sistema educativo, se me vino a la cabeza uno de los fallos más graves, al que da menos importancia y por el que hemos pasado la mayoría de estudiantes. "El error".
Actualmente los alumnos tienen miedo a salir a la pizarra a corregir o a preguntar dudas al profesor, debido a la crueldad de muchos de los estudiantes e incluso de algunos docentes, los cuales ridiculizan al alumno que ha cometido algún fallo en el proceso del ejercicio o que no ha sabido formularle correctamente. Es por esta razón, por la que el miedo se apodera de los alumnos y prefieren no aprender a "quedar en ridículo" o "quedar como el tonto de la clase", sobre todo si hablamos de la asignatura de matemáticas, una de las que más se le atragantan a los jóvenes. ¿Por qué cometer un error es fruto de risas y burlas?
Para responder a esta pregunta deberíamos de tener en cuenta si hemos descuidado la educación en valores, ya que es muy importante que tanto el docente como el niño desde pequeño asimile que el error es una pieza fundamental en el largo camino del aprendizaje. Para que los niños comprendan esto se puede utilizar la metáfora del zumo de naranja. Ésta metáfora me la enseñó una buena profesora de mi infancia para quitarme el miedo a preguntar las dudas, tras una mala experiencia con un profesor. La metáfora es la siguiente: Para obtener un buen zumo de naranja (un buen aprendizaje), hace falta una naranja (conocimientos) y un exprimidor (cometer errores), de tal forma que los niños aprenden que cuando te equivocas, estas ayudando a la naranja a convertirse en zumo, y eso es síntoma de que estas aprendiendo. Yo he visto como en mi pueblo, esa metáfora se ha ido propagando, y algunos alumnos incluso están orgullosos de equivocarse.
Evidentemente ésta metáfora no hace todo el trabajo, tiene que ir acompañada del ejemplo del profesor, que es fundamental, y del respeto de los alumnos hacia el que está intentando aprender.
Ojalá este sistema que condena al error, se evaporice y se consiga educar en valores con la finalidad de quitar el miedo y motivar a los alumnos para aprender. Así, el proceso enseñanza-aprendizaje sería mucho más fácil.
Irene de la Vega Benito
2º B Educación Primaria