Hoy en día es muy habitual que los alumnos de educación primaria realicen, como mínimo, una actividad extraescolar durante el curso académico. Concretamente, según el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE) más del 70% de los alumnos de educación primaria realizan actividades extraescolares. La pregunta que algunos nos planteamos acerca de estas actividades es: ¿les queda a los niños el tiempo suficiente para hacer las tareas escolares?
Como parte de mis labores académicas en la universidad, he realizado algunas investigaciones sobre este tema con niños de primaria. La conclusión a la que he llegado después de seguir numerosos casos de cerca, es que los niños sí tienen tiempo para abarcar tanto las tareas escolares como las extraescolares.
Sin embargo, lo que ha llamado mi atención sobre el tema es algo que no solemos tener en cuenta y es el tiempo que los niños pasan con sus familias. Los niños pasan toda la mañana en el colegio y la tarde haciendo actividades extraescolares. El tiempo que están en casa suelen emplearlo en hacer deberes y estudiar, por lo que no les queda mucho tiempo para estar con su familia.
Durante la realización de las investigaciones antes mencionadas, pude hablar con numerosas madres que se quejaban de que el tiempo que pasaban con sus hijos era sólo para ayudarles en sus deberes. Defendían las tareas extraescolares, ya que muchas de ellas son de ocio y sostienen que es fundamental en la vida de un niño jugar y divertirse. En cambio, consideraban excesiva la carga de tareas por parte del colegio.
En mi opinión, se debe analizar cuidadosamente la situación de cada alumno para no sobrecargarlo de tareas escolares ni extraescolares. Las actividades extraescolares deben limitarse para que el niño también pueda tener tiempo de ocio con su familia, así como deben limitarse las tareas escolares para casa, ya que muchas veces se sobrecarga a los niños sin necesidad de hacerlo. Esta sobrecarga de actividades está causando que se eleven los casos de estrés y depresión infantil en los últimos años.
En conclusión, se deben limitar las actividades extraescolares que realizan los niños así como el tipo de actividades que realizan, ya que no es recomendable que todas sean actividades de ocio ni que todas sean actividades académicas.
Carla Ortiz Valero
2ºA de Educación Primaria en la Facultad de Educación de Toledo.
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