Durante el último año hemos vivido una situación con muchas restricciones y dificultades en casi todos los sectores debido a la pandemia mundial que causó el Covid-19. También se vio afectado el sistema de enseñanza, y yo lo he vivido en primera persona como madre, pero también como futura docente, de manera que he podido observar las carencias que tiene el sistema educativo a nivel nacional como a nivel mundial sobre todo en los países menos desarrollados.
En primer lugar, como ha sido algo que ha sucedido inesperadamente, se ha podido observar claramente los bajos niveles de alfabetización digital. En varias instituciones se señaló la inexistencia de plataformas educativas y en algunos colegios la falta de aulas virtuales, malas conexiones de Internet o su ausencia. La falta de dispositivos con acceso a Internet, sumado a la falta de formación en este sentido tanto por los alumnos como por los mismos profesores les han obligado a tener que aprender sobre la marcha sin haber recibido previamente formación alguna.
Por un lado, como madre y trabajadora en un instituto, he podido vivir de cerca y observar las carencias de lo que anteriormente he nombrado. En mi caso he podido ayudar a mis hijos para que siguieran su aprendizaje adecuadamente desde casa, pero también han tenido los recursos necesarios para cumplirlo. Desafortunadamente, ha habido muchos casos que no ha sido así por muchas razones como no disponer de tecnología, de dispositivos o simplemente por no saber cómo hacer uso de la misma.
Por otro lado, desde la perspectiva de futura docente y por el hecho de trabajar en un instituto he podido ver el reverso de la situación, y observar cómo los profesores se han esforzado y cuantas horas extra tuvieron que trabajar para que los alumnados lograran sus objetivos. Han tenido que adaptarse de un día para otro, sin formación previa mirando tutoriales en Internet u otras fuentes.
Como consiguiente, en el instituto donde trabajo todo el personal se vio implicado en la resolución de cualquier dificultad que tuviera algún alumno, empezando con el equipo directivo y acabando con los conserjes. Se hicieron cuestionarios para saber si algún alumno no tenía los recursos necesarios o los dispositivos para seguir con el aprendizaje y se consiguió que todos los alumnos dispusieran de las mismas oportunidades igualitarias para seguir su enseñanza.
Por lo contrario, aunque todos los medios han intentado recurrir a la innovación en el sistema educativo, hay que añadir que en este sentido y para el beneficio de los estudiantes han aparecido un montón de plataformas y aplicaciones para ayudar y complementar el aprendizaje. El alumnado de España en su gran mayoría ha podido acceder de forma gratuita a materiales educativos que antes no estaban disponibles en todas las áreas, incluidas las de ocio. Sin embargo, en los países más pobres esto no ha podido ocurrir ya que allí ha habido niños que no han podido seguir con su aprendizaje, sumadas a otras dificultades más graves como falta de alimentos, vestimenta, etc.
Como conclusión, quiero enfatizar que todos los niños tienen derecho a la educación, pero también en la importancia de la competencia digital hoy en día, dado que es imprescindible para realizar cualquier operación tanto a nivel educacional como político, social o económico. Es verdad que la alta tecnología está en pleno desarrollo y se exige una cierta destreza, pero todo se consigue practicando, además es algo necesario para el siglo en el que vivimos.
Valentina Ilie
Estudiante del Grado de Educación Primaria – UCLM . 2ºB
Imágenes procedentes del banco de imágenes gratis de Google.
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