La violencia escolar y el ciberacoso son temas de actualidad, y que cada vez se ven más a menudo en los colegios. Es por esto, que he elegido tratar este tema ya que lo considero de vital importancia.
Es importante diferenciar entre ambos tipos de violencia ya que mientras que la violencia escolar se limita al espacio del colegio, el ciberacoso traspasa todas las barreras y puede suceder independientemente de estar en la escuela o no.
Uno de los problemas del ciberacoso, es que puede realizarse desde el anonimato o con identidades falsas, por lo que los niños y niñas se esconden en eso para ser más duros con el agredido. Esto, con la violencia escolar no sucede ya que es evidente quién es el agresor, lo que facilita la toma de medidas para solucionarlo. El internet ofrece una posibilidad de difundir contenidos en cuestión de segundos, lo que hace que el acoso se propague y llegue a muchas más personas. Además, una vez este contenido es difundido, es prácticamente imposible eliminarlo por completo, causando así perjuicios permanentes al agredido.
Generalmente los agresores son los "guays" de la clase, y los que se creen superiores a los demás. Es cierto que en las aulas suele haber siempre unos "líderes" a los que el resto de la clase sigue. Es por esto que muchas veces, el acoso hacia una persona por parte de uno de ellos, puede desencadenar en la total exclusión del resto de la clase hacia el mismo, agravando el problema. Las víctimas por el contrario, tienden a ser más tímidos y discretos, es por esto que los agresores les ven como personas vulnerables y por eso les atacan.
Pese a que mucha gente vea esto como una cosa de niños, puede tener graves consecuencias en las personas que lo sufren. Esto, puedo mostrarlo con una experiencia real que sucedió en mi familia. Mi hermana sufrió acoso en el instituto, lo que afectó tanto a su autoestima como a su forma de ser. Al entrar a la ESO ella era una persona muy alegre y divertida, pero con el tiempo notamos como esto iba cambiando. Ella recibió insultos hacia su físico y su apariencia, lo que la provocó años después un TCA (trastorno de la conducta alimentaria) Este problema la persiguió durante unos 4 años aproximadamente, gran parte de este tiempo teniendo que estar ingresada a tiempo completo. Esto hizo que se retrasará tanto académicamente al no poder asistir regularmente a clase como socialmente ya que esta violencia la hizo tener cierto miedo a conocer a gente nueva y a seguir la vida "normal" de una adolescente. Es cierto que con el tiempo se ha recuperado y ha eliminado esos miedos pero ha sido un proceso muy largo y duro.
Con esta experiencia personal quiero mostrar un ejemplo real de las consecuencias que pueden provocar estos tipos de violencia en las víctimas, dejándoles secuelas muy graves.
Una de las medidas de prevención que se deben tomar es formar a los docentes para saber cómo detectar estas situaciones en la clase, ya que una detección temprana puede hacer que el problema sea mucho menor. Además, desde la directiva del colegio se debe tener un protocolo de actuación ante estas situaciones.
No solo basta con detectarlo para corregirlo, sino que por encima de esto es imprescindible la concienciación hacia los menores sobre las consecuencias que esto puede provocar. Desde pequeños se les deberían dar charlas o programar actividades que traten este problema para que así cuando sean más mayores sean conscientes de que no deben hacer eso. Por otro lado, desde el centro se informará a los alumnos, de las consecuencias que sufriría el agresor. Valorando la gravedad de la misma, se tomaría la decisión de la medida a tomar, pudiendo llegar en los casos más graves incluso a la expulsión del colegio de manera permanente.
Es importante no olvidarse de las familias, en el hogar también deben educar a sus hijos para que entre ellos y la escuela trabajando en la misma dirección, no vuelvan a suceder estos problemas.
En definitiva, no importa si la violencia viene de un insulto en el recreo o un mensaje a través del móvil, todos los niños y niñas merecen sentirse respetados y seguros. Concienciemos a los menores a que apoyen a quien lo necesite ya que a ellos no les gustaría que les hiciesen lo mismo. Ese gesto de solidaridad puede cambiar el futuro de una persona, hagamos de internet y de la escuela un sitio seguro donde prime la amistad y el respeto mutuo.
Sergio Sánchez de Dámaso Hungría.
2ºA Magisterio Primaria