Por Luciano Andrés Valencia
* Mazuela-Anguita, Ascensión; Música y discapacidad visual en el mundo hispánico del siglo XVI: el organista y compositor Antonio de Cabezón, Madrid, Ediciones Cinca y Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Colección Empero, 2024, 338 pp.
Desde la Antigüedad se ha asociado a las personas ciegas con habilidades especiales relacionadas con lo auditivo y la memoria. En el Egipto Antiguo los ciegos eran a menudo arpistas. Algo similar sucedía en China, Mongolia, Japón, la Península de los Balcanes, la Grecia Clásica, Roma y la Europa Medieval. Aún en la actualidad se asocia el gran talento musical de figuras como Ray Charles, Stevie Wonders o Andrea Bocelli a su ceguera.
Por este motivo es que Ascensión Mazuela-Anguita se propone realizar un estudio sobre la obra del cantante, organista y compositor español Antonio de Cabezón (1510-1566) tomando distancia de estas "visiones románticas" en torno a la ceguera, pero sin dejar de situar a este genial artista en una larga tradición de músicos con discapacidad visual y en el contexto histórico de un Imperio Español que se estaba expandiendo por varios continentes.
Como señala en la "Introducción", su investigación se realizó desde la Perspectiva de la Discapacidad (para ver como la ceguera influyó en su proceso creativo y transmisión de su arte), el Marco Teórico de los Estudios de Discapacidad y la naciente Historiografía Musical (que toma elementos de la Historia y de la Musicología). Los Disables Studios o Estudios de la Discapacidad comenzaron en Gran Bretaña con el desarrollo del Modelo Social de la Discapacidad en la segunda mitad del siglo XX, pero recién se ocuparon de la música a finales del siglo pasado y se centraron más en músicos angloparlantes de siglos posteriores al XVIII. Por eso el trabajo de Mazuela-Anguita es original, ya que se centra en un músico hispano-hablante del siglo XVI.
El capítulo I ("Discapacidad Visual y Música") hace referencia a la larga tradición de músicos ciegos desde la Antigüedad hasta los últimos años, analizando la construcción social que se hizo sobre los mismos, señalando que el imaginario popular les atribuía capacidades especiales para la música y la oratoria por tener más desarrollados el oído y la memoria. Ejemplos de diferentes países y momentos históricos, pinturas de la época que representaban a músicos ciegos y fragmentos de documentos históricos, complementan este extenso capítulo.
El capítulo II ("El caso de Antonio Cabezón") no es una biografía lineal, sino que se propone revisar y cuestionar las inexactitudes de las biografías anteriores del músico Antonio de Cabezón y la fiabilidad de las fuentes de la época. Se sabe que nació en la provincia de Burgos y se formó en Palencia, en donde conoció a la familia real. Fue organista de la emperatriz Isabel de Portugal y, tras su muerte, pasó ser cantor y músico de la Capilla Real, para luego ser músico del emperador Felipe II de España. Sin embargo, hay mucho que se desconoce de su vida, lo que autora se propone analizar. La obra debate si la música de Cabezón influyó en la religiosidad de Felipe, si el emperador influyó en su estilo musical, si en el siglo XVI la palabra "ciego" representaba lo mismo que hoy o se extendía a todas las discapacidades visuales, y si Cabezón era capaz de componer partituras pese a que no supiera escribir.
El libro se compone de un Epílogo, en donde se pregunta si Cabezón podía considerarse una persona con discapacidad para la época, ya que en el Imaginario popular era una persona con habilidades excepcionales. Por último se incluyen tres Apéndices: el primero con una selección de documentos, el segundo con testimonios de musicólogos e intérpretes contemporáneos que dan su opinión acerca de cómo la discapacidad visual de Cabezón pudo influir en su música y cuáles fueron sus aportes a la música hispana (la mayoría reforzando la visión romántica de la ceguera), y el tercero es un listado de músicos con discapacidad visual desde la Antigüedad hasta nuestros días ordenados por nombres, cronología y nacionalidad.
El libro es de lectura amena y se complementa con una gran cantidad de imágenes y cuadros de datos que facilitan la interpretación. Un documento valioso para conocer sobre la historia de las personas con discapacidad y la relación que a lo largo de los siglos se tejió entre discapacidad visual y música. Tanto los aficionados a la música como a la historia o a los estudios de discapacidad se sentirán atraídos por esta investigación minuciosamente documentada.
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