jueves, 25 de marzo de 2021

REFLEXIÓN SOBRE EL CORTOMETRAJE "BINTA Y LA GRAN IDEA"


Me parece maravilloso la gran cantidad de reflexiones que deja en el aire este cortometraje. Resulta muy enriquecedor que todas las personas que visualicen este vídeo hagan su propia reflexión personal sobre los temas que abarcan en el vídeo.  


Primero, quiero comenzar hablando sobre los colegios. Son escuelas muy pequeñas, con una única aula en la que apenas caben quince niños. Una pizarra cómo único recurso educativo y ni si quiera poseen un borrador. Y, aun así, me parece increíble como el profesor se centra en inculcar a los niños una serie de valores tan importantes como la igualdad de género, el respeto a las personas con diversidad funcional, etc. Esos niños tienen millones de cosas y de problemas por los que preocuparse, y no hablo de los problemas que nosotros tenemos actualmente, estamos hablando de problemas de primera necesidad, como el hambre, la enfermedad de sus familiares, etc. Y son capaces de dejar de lado todo esto para ir a esa escuela en pésimas condiciones y atender a lo que le dice el profesor. Como podemos observar cuando el profesor está hablando ninguno de los alumnos está atento a otra cosa o hablando con ningún compañero. Es cierto que los compañeros de Binta se ríen cuando ven que no llega a borrar toda la pizarra por su altura, pero eso solo significa que aún queda mucho trabajo por hacer, pero al menos están en el camino dispuestos a aprender.  

Poder ver cómo esos niños que viven muy limitados y con lo justo trabajan codo con codo en el pequeño teatro que realizan es increíble. Como con los pocos recursos que tienen, simplemente con unas pinturas y unos palos consiguen representar una obra teatral tan reivindicativa. Este teatro y este corto en general me transmite positividad y esperanza por el siguiente motivo. Podemos ver que poco a poco la cultura clasista va cambiando y evolucionando. Es triste y desilusionador ver como siguen existiendo esas personas refugiadas en las culturas antiguas, que aún poseen ese miedo de abrirse a los nuevos cambios. Seguramente estas personas sigan estando en mayoría en estos lugares menos desarrollados. Y al decir "menos desarrollados" me refiero únicamente a los bienes materiales porque este corto nos ha demostrado que a pesar de sus condiciones estas personas son capaces de todo. Hay una frase que se me ha marcado "con la imaginación se puede hacer todo". Que importante es la imaginación, y no solo en los niños ni mucho menos. Si es importante para nuestra sociedad, pensemos en estos niños que no tienen nada, no tienen un ordenador para buscar la información, no tienen un coche para ir a la escuela, apenas tienen libros. La imaginación es la base de su educación y si consiguen exprimir esa imaginación se convertirán en personas brillantes, aún más de lo que lo están demostrando ser. 


Por el lado opuesto, me despierta ilusión niños como Binta o Soda, o adultos como su propio padre. Lo que más me ha llamado la atención de todo el cortometraje es la carta que su padre le dicta a Binta. Después de que su amigo le haya hablado sobre los increíbles avances del mundo occidental, principalmente en la pesca de peces, él no siente envidia en ningún momento y no se preocupa en querer tener lo que los "tubab" tienen. Simplemente se preocupa por no perder lo poquito que tienen la posibilidad de tener. Me parece tan enriquecedor y un ejemplo tan grande de lo que es nuestra sociedad capitalista actual. El padre de Binta aguanta como el hombre de su pequeño pueblo se ríe de su carta y, aun así, no pierde la esperanza en ningún momento y sigue con su idea hasta el final. Al pedir la adopción de uno de esos niños "tubab" nos está dando un ejemplo a todos. Yo lo entiendo como una intención de demostrarle a ese niño y al mundo que no necesita ninguno de los increíbles avances que se están llevando a cabo en nuestra sociedad, simplemente para ser feliz se necesita vivir y aprender en amistad.
 

Por último, la conclusión del teatro me ha recordado al libro con el que hemos trabajado anteriormente de César Bona. En una parte de su libro habla sobre que hay que darles la oportunidad a los niños de reivindicarse contra la sociedad y luchar por lo que les parece justo y en parte es lo que acabamos de ver. Cuando Soda se levanta tras finalizar el teatro y le reivindica a su padre que ella quiere ir a la escuela porque quiere tener la posibilidad de construirse un futuro, no como su madre, que hemos podido ver que trabaja y trabaja para que luego la engañen en la venta, el resto de los niños, gran parte de ellos alumnos de la escuela, la apoyan incondicionalmente. Es una demostración del poder que pueden tener los niños si les damos voz y la posibilidad de defender sus ideas y opiniones.  


Iván Jiménez Portero. Estudiante de Magisterio en la UCLM. 
Ivan.Jimenez5@alu.uclm.es

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