Indagando por Internet he encontrado un artículo que fue publicado el pasado día 18/05/2014 en el periódico El Diario y cuyo título es " Los deberes escolares a debate: ¿Calidad es cantidad?”
He considerado incluir este artículo porque me ha resultado interesante y porque me ha hecho reflexionar sobre cuestiones cómo el exceso de deberes escolares fuera del horario lectivo, un tema bastante debatido últimamente.
Los estudiantes están sobrecargados de tareas que deberían haber trabajado en la escuela. Por ello, opino que se debería cumplir en horario escolar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Así los alumnos contarían con tiempo libre para realizar actividades extraescolares ya sean deportivas, culturales o de esparcimiento, que también contribuyen a su desarrollo personal y a su aprendizaje. En mi opinión, una menor cantidad de tareas en el hogar permite aprovechar mejor el tiempo de estudio, porque la calidad no es siempre sinónimo de cantidad.
Considero que la carga de trabajo escolar fuera del horario lectivo resulta desproporcionada en muchas ocasiones y es fuente de tensiones familiares, al restar tiempo de juego o deporte a los menores y al provocar un auténtico quebradero de cabeza a muchos padres que salen tarde de trabajar y que no tienen tiempo para supervisar esas tareas. Además, el exceso de deberes representa un fracaso del sistema educativo, ya que los niños deberían cumplir el proceso de enseñanza y aprendizaje en la escuela y en horario escolar, en vez de encargar cada vez más tareas para casa.
Sin duda, los deberes son una tarea imprescindible, estimulan el aprendizaje, la responsabilidad y el dominio de destrezas, la familia debe implicarse y lógicamente requiere disciplina y esfuerzo. Pero lo realmente importante pienso que está en el tiempo recomendable de dedicación a estas tareas, que por ejemplo en Finlandia, uno de los mejores sistemas educativos del mundo no se dedica más de media hora a la realización de las tareas en casa.
Los deberes cumplen una función educativa. Una vez adquiridos los conocimientos en el aula, ayudan a asentarlos, a ponerlos en práctica y fijarlos. Además, con ellos los niños aprenden valores como la responsabilidad o la organización. Pero un exceso de tareas puede derivar precisamente en lo contrario. Si el alumno sobrepasa sus límites, de tiempo o de capacidad, puede caer en el agotamiento y hasta en el desinterés.
Este problema se está agudizando en el contexto actual de crisis, ya que los recortes educativos están pasando factura justo a los programas de refuerzo y apoyo que podrían servir para ayudar a los alumnos más rezagados o que necesitan ayuda en su proceso de aprendizaje. Estos deberes pueden provocar desigualdades sociales ya que mientras unos padres y madres intentan ayudar a sus hijos, otros recurren a clases particulares o academias, y otros muchos no tienen ni el nivel educativo ni el dinero para poder recurrir a esos apoyos extra.
Para concluir, opino que los deberes en una temprana edad (Infantil, Primaria) se han de dar como ampliación o consolidación de los aprendizajes del aula, y no como obligación de hacer lo que no ha dado tiempo o no se ha entendido en la escuela. Las tareas escolares tienen su sentido si no impiden al alumno tener tiempo libre para jugar y relajarse o para relacionarse con los demás.
Adjunto al artículo para que lo podáis leer: Los deberes escolares a debate: ¿Calidad es cantidad?
Iulia Matilda Andreiu
2º Educación Infantil