lunes, 19 de marzo de 2012

España, una experiencia a la mexicana

       Recientemente hemos contado con la visita de unos alumnos becarios procedentes de México que han venido a realizar prácticas a España. Tras su paso por nuestro país han querido dejarnos algunas de sus vivencias.

        Para mí, ha sido todo un placer poder contar con su amistad y su confianza. Finalizo, no sin antes resaltar su trato afable y cordial en todo momento, y su ansia por aprender de todas las experiencias que surgieron en su devenir cotidiano.

España, una experiencia a la mexicana

“Escribir sobre mi estancia en España” eso fue lo que se me propuso para redactar esta breve reseña. A través de estas líneas, intentaré describir cómo fue vivir el día a día en un lugar tan lejos de mi país y de qué manera me adapté a las costumbres y a la cultura española, el país en el que residí por un tiempo maravilloso e inolvidable.

Mi nombre es Miguel Ángel Becerril Orenda, soy mexicano y estudiante de la Licenciatura en Educación Primaria por la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM). Llegué a España para realizar un proyecto educativo con el cual diera a conocer a los estudiantes españoles de primaria las costumbres y tradiciones de mi país mediante una jornada de práctica pedagógica en un colegio público a través del programa de Intercambio de Jóvenes Maestros (INTERJOM) acordado entre la Universidad de Castilla la Mancha (UCLM) y mi universidad.


Lo primero que les comparto, lo que jamás olvidaré, fue mi llegada al aeropuerto de Madrid y es que cuando estaba a punto de cruzar la aduana, casi me deportan. ¿Por qué? Por no cumplir con los requisitos necesarios para entrar al país. ¿Qué me dejó esto? Aprendí que para visitar cualquier país, como turista, estudiante o empleado, debes conocer sus leyes y lo que se requiere para su ingreso. ¿Cómo es que logré entrar? Explicando, justificando y demostrando hasta con el último recurso que pude el motivo de mi estancia en España. Dicen que la verdad, tarde o temprano, siempre sale a flote. ¡Y qué bueno que sale! Después del percance en el aeropuerto. Mi destino final fue Toledo, y en específico el Colegio Mayor Gregorio Marañón, mi nuevo hogar, en el casco antiguo.

El lugar me gustó mucho, tranquilo, rodeado de edificios históricos, cuestas por todos lados y unas escaleras mecánicas que por alguna razón extraña me costaron mucho encontrar (a pesar de que estaban a unos metros de la residencia) así que tuve que caminar mucho, acción que hice siempre porque como las calles son estrechas y empinadas el transporte público (los buses) sólo circulan alrededor de Toledo.

Pues bien, durante mis primeros días lo más difícil fue manejar los sentimientos encontrados. Por un lado, la emoción y la alegría de estar en otro país, de recorrer un nuevo camino en mi vida; y por el otro, saber que ya no estaba en casa, que mi familia y mis amigos se habían quedado ahí, muy lejos. Extrañaba a todos y todo. Pero la nostalgia disminuyó una vez que me integré al trabajo en el C.P. Fábrica de Armas. Al respecto, puedo decir que existen diferencias notables tanto en el tipo de estudiantes como entre el sistema educativo de mi país y el de España. Por ejemplo, aquí predomina la lección magistral, diversos maestros atienden a un mismo grupo, cada asignatura se toma por hora (de 40 minutos) en un horario de 9:00 am a 14:00 pm; mientras que en México, sólo las especialidades (inglés, educación física) se dan por maestros distintos al titular del grupo, el horario va de 8:00 am a 14:30 pm y se trabaja por proyectos didácticos.

En fin, dentro de las anécdotas que tengo hay una referente al lenguaje. En un inicio daba por hecho que al hablar español no habría ningún problema, sin embargo, aunque “nuestro español” es parecido, no es igual. Recuerdo que una ocasión entré a una tienda y pedí a la señora que atendía un “moño”. Ella me dijo, con el tono que sólo los españoles pueden emplear: ¿qué quieres? Yo respondí: ¿un moño? Y después de una hora, la mujer entendió que lo que quería era un “lazo”. Desde mi punto de vista, los toledanos se caracterizan por ser personas de carácter fuerte que, en ocasiones, parece que están de mal humor y a quienes si no conoces puedes considerar agresivos o groseros, pero detrás de eso, la gente es muy alegre y muy buena. Les encantan las fiestas, cualquier motivo es bueno para celebrar algo. Les gusta salir y valoran mucho su tiempo libre.

La sensación de libertad que te da el estar aquí fue lo que más me impresionó cuando llegué a Toledo. Evidentemente, eso me provocó un contraste cultural por lo que fue inevitable hacer comparaciones entre España y mi país; me quejé de muchas cosas. Pero al final, valoré los aspectos buenos de cada lugar y llegué a la conclusión de que un lugar no es mejor que otro, sino que sencillamente son sitios diferentes con personas distintas, pero personas al final de cuentas.

Dentro de las cosas que más extrañé de México (además de mi familia y mis amigos) fue la comida. El chile, las tortillas de maíz, la salsa de tomate (verde) y el aceite de girasol se volvieron pimentón, barras de pan, puré de tomate (rojo) y aceite de oliva. Por cierto, al estar en un restaurante no se debe decir “me regalas otro refresco” porque la respuesta será: “se venden”. Otra cosa, los diminutivos muy peculiares en el vocabulario mexicano en España, no valen. Imagínense lo que pensaron cuando pedí “otro poquito de…”. Y aunque la atención de los meseros sea muy buena, no se da propina o muy rara vez.

En aspectos generales, las expresiones “gracias”, “por favor” o “con permiso” muy frecuentes en los mexicanos aquí se utilizan mínimamente y las cosas se piden, les recuerdo, con ese tono característico de aquí. Y hablando de dar las gracias cuando se camina por las calles o se tiene que cruzar alguna avenida siempre se debe utilizar el paso peatonal; sí lo haces no importará cuantos coches vengan, se detendrán pues el peatón es la prioridad. Eso lo supe varios días después de mi llegada así que muchas veces al ver un coche me detenía para esperar que se fuera y poder cruzar. Los conductores se sorprendían de eso y me hacían señas para que avanzara pero lo que los dejaba perplejos era cuando con la cabeza o la mano les daba las gracias. Entonces, alguien me dijo: “No tienes por qué hacer eso, es su deber detenerse”. Así aprendí algo más.

Finalmente, me despido de esta nación. A propósito, cuando se saluda a alguien en España, se suele dar dos besos (uno por mejilla). No se dan abrazos y hay que evitar invadir el espacio del otro. En fin, agradezco a México, mi país, porque me dio la oportunidad para estar aquí. También, a España por permitirme compartir un poco de México con sus niños, su futuros ciudadanos; de quienes, por cierto, aprendí muchísimo. Y os recomiendo darse la oportunidad para visitar y conocer la cultura de México y a ustedes colegas mexicanos a que conozcan España puesto que entre la gente, las calles, los edificios, la comida, la música, los bailes y las celebraciones de cada país obtendrán la visión de dos culturas diferentes sobre el mundo, pero que en esencia es la misma, ser felices.

martes, 13 de marzo de 2012

Borderline: entrevista sobre un caso.


Cuando el profesor de “Atención educativa a las dificultades de aprendizaje” nos dio la oportunidad de elegir entre diferentes trabajos, no dudé un segundo en elegir la entrevista. Creo que es la experiencia que más nos puede aportar, el hablar con una persona que vive  en su día a día con alguien con una enfermedad, trastorno, discapacidad… es algo realmente gratificante, es una superación no solo para aquel que vive la enfermedad, sino para aquel que convive cada día con ella.

Creo que la enfermedad es dura no sólo para quien la tiene, sino también para aquel que la cuida, apoya, trata…e intenta que la vida de esta persona sea lo más normalizada posible dentro de una sociedad en la que por mucho que se avance, aún no se ha llegado a conseguir igualdad.

He tenido la oportunidad de recibir información sobre el trastorno de la personalidad fronterizo (borderline) de la mano de alguien muy cercano a una persona que la sufre, su propio hermano. 
 
Creo que este es un trastorno que no todo el mundo conoce y por eso me decidí por ella. Antes de disponerme a realizar la entrevista, pregunté a diferentes personas de mi entorno si la conocían, y ninguna de ellas me dijo que si, por eso creí mas conveniente investigar, para poder  informarles bien y que la conozcan al igual que yo me propuse hacerlo.
Lo primero, quiero definir esta enfermedad: El Trastorno de la personalidad fronterizo se caracteriza por impulsividad y la inestabilidad anímica, de la imagen propia de la persona y de las relaciones.
Este trastorno es muy común y se diagnostica con más frecuencia en mujeres que en hombres. A pesar de ello, el caso que yo analizo es un varón, y de ahí mi profundo interés; una enfermedad no demasiado conocida, y en el caso menos frecuente.

Me dispuse a realizar la entrevista, y estas son las preguntas que realicé:

1.               ¿Qué tipo de enfermedad o trastorno posee su hermano?
Se trata de un trastorno conocido como “boderline”, para que nos entendamos mejor, trastorno de la personalidad fronterizo, en el límite por así decirlo.

  ¿Cuál es la edad de su hermano?
Pues ahora mismo tiene dieciséis 

        ¿Con qué edad se le diagnostica?

Pues, yo era pequeño, la verdad, pero desde que era prácticamente un bebé ya conocíamos su problema. Alrededor de los dos años, sabíamos con certeza cuál era el trastorno.

 4.       ¿Cual cree que es el motivo de este trastorno, por qué cree que se produjo?
Pues, al nacer, mi hermano tuvo una falta de oxígeno, y creo que esto pudo provocar alguna alteración que provocó el trastorno, pero es una hipótesis, no tenemos ninguna confirmación.

5.       ¿Cuál es el grado que posee su hermano?
Pues la verdad, creo que no existen grados reconocidos, puedo equivocarme, pero siempre he estado muy atento en los casos en los que se explicaba esto en casa, y nunca he oído hablar de grados.

6.       ¿Podría decirme alguno de los síntomas de este trastorno que posea su hermano?
Mira, el síntoma más exacerbado es el egocentrismo, en este aspecto es como un niño, todo lo quiere, todo quiere tocarlo, probarlo, quiere que sea suyo, y muchas veces no mira a los demás, ni siquiera nuestra intimidad, sólo se limita a pensar en él. También tiene cambios de humor muy marcados, irritabilidad o ansiedad, que pueden durar varias horas o días. Muchas veces es furia lo que tiene, y es descontrolada, recuerdo una vez que me destrozó un móvil contra el suelo sin motivo alguno. Si en algún caso ve una mínima muestra de abandono, siente miedo, y también tiene problemas con el lenguaje.

7.        ¿Posee otros trastornos además del anterior?
Sí, tiene problemas de psicomotricidad;  a veces no controla los objetos que agarra y tiene problemas de coordinación, en la organización de su cuerpo en el espacio, en relación a sí misma, a los objetos,  a los otros... Se le caen las cosas de las manos…

8.       ¿Qué es lo que más le costó al saber lo que tenía su hermano?
Pues, la verdad yo era bastante pequeño y no supuso algo grave para mí, yo siempre he intentado tratarle de manera normal, a pesar de saber su problema y para mí no deja de ser mi hermano pequeño, tenga o no problemas, yo le regaño cuando hace algo mal, jugamos juntos…. Vamos, como cualquier hermano.

9.       ¿Cuántos años se llevan de diferencia?
Tres, ya te digo, yo era bastante pequeño cuando el nació.

10.   ¿Tienen más hermanos?
Si, tenemos una hermana de veintiún años.
 
11.   Y, ¿cómo se lleva a cabo el día a día con su hermano?
A ver, es normal, el día a día se procura que sea normal, pero hay conflictos generados por el trastorno y también por la edad, es un adolescente y, en ciertas ocasiones también se comporta como tal.
Los conflictos vienen cuando no respeta la intimidad de los demás, también son generados por nuestra culpa, desconocemos en parte como debemos tratarle para no generar en él la ansiedad y ese es uno de los mayores problemas.
Mi madre le sobreprotege demasiado, que es comprensible también, pero yo creo que debería recibir responsabilidades, quizás mínimas pero recibirlas, ya que por ejemplo, nunca le pedimos que vaya a comprar, y es algo que si podría hacer.
Él, pasa la mayoría del tiempo en el colegio o en casa, debido también a las pocas responsabilidades que le asignamos y pienso, que debe aburrirse, y a veces sentirse triste e irritado por eso mismo, por no poder hacer por ejemplo la vida que yo hago. Pero a día de hoy no sabemos si podría asumir las responsabilidades de un chico de su edad…

12.   ¿Cómo se lleva a cabo la intervención, le han realizado test?
Sí, le han realizado diversos test y pruebas, pero no sabría decirte el nombre de cada una de ellas.
13.   ¿Sus padres cómo han llevado la enfermedad?
Pues, bueno, mi madre, como ya te he dicho antes, lo sobreprotege, y, en múltiples ocasiones ha asistido a consultas médicas para informarse mejor sobre el trastorno de mi hermano. Viajó incluso a Valencia a una consulta privada, pero lo cierto es que no le aclararon nada, nunca hemos tenido claro lo que tenemos que hacer, es algo muy abstracto.
Mi padre, la verdad es que la mayoría del tiempo está fuera de casa; trabaja muchas horas, pero cuando está en casa trata a mi hermano como a mi hermana y a mí, no establece demasiadas diferencias.
14.   ¿Acude a alguna asociación o centro?
Actualmente no, pero asistió hace algún tiempo, no recuerdo el nombre, pero allí intentaban mejorar sus problemas, realizaban con él juegos, test, ejercicios de motricidad…
15.   ¿Tiene medicación?
No, nunca nos han dicho que la necesitase.
 
16.   ¿Está escolarizado en un centro académico o especial o requiere de apoyo educativo?
No, de hecho va al mismo colegio que fui yo, pero apenas asiste a las clases normales, él recibe apoyo educativo la mayoría del tiempo, aunque creo que actualmente le ayudan poco a mejorar sus capacidades.
17.   ¿Tiene comportamientos fuera de lo normal, diferentes a los de su enfermedad?
No, todos nos comportamos a veces de manera diferente a como esperan los demás pero no por ello tenemos algún problema de tipo psicológico, creo que mi hermano no tiene más problemas diferentes de su trastorno.

18.   ¿Se relaciona con la gente de su entorno?
Demasiado, es demasiado confiado y no tiene ningún problema de socialización.

19.   ¿Cómo es su comunicación?
La verdad, mala;  no comprende explicaciones complejas, se expresa con dificultad, es capaz de dar explicaciones sencillas pero no complejas, no ejecuta las palabras correctamente, y al corregirle es consciente de que lo ha dicho mal, pero la próxima vez que pronuncia esa misma palabra puede cometer el mismo error.

20.   ¿Qué destacaría de su hermano?
La memoria, sin duda, tiene una memoria impresionante, lástima que sus problemas le cohíban esa memoria, pero es magnífico de verdad.
21.   Anécdotas con su hermano.
Recuerdo hace algunos días, una: a mí me gusta bastante la cerveza, y de vez en cuando me gusta probar cervezas nuevas, el caso es que me compré dos cervezas belgas, una de ellas me la bebí y la otra la dejé en la nevera. Por la tarde vi a mi hermano con un vaso bebiendo, y creí  que se trataba de zumo, pero tuvimos una discusión no recuerdo porque, y me dijo, “pues que sepas que me he bebido tu cerveza”. Me sorprendió muchísimo porque él nunca ha probado la cerveza ni bebidas similares.
Una cosa muy frecuente en él, es buscar siempre apoyo cuando los demás le decimos que algo está mal, y siempre intenta buscar a alguien que le apoye, llama a mis abuelos, se refugia en mi madre… lo que sea con tal de tener apoyo.

Como he dicho anteriormente ha sido una experiencia muy gratificante el conocer algo desconocido para mi, y quiero compartirlo con todo aquel que tenga interés en conocer algo más de este trastorno.

Susana de la Rosa Magdaleno (1º A de Educación Infantil).

lunes, 12 de marzo de 2012

De la escuela emocional


                Pero ¿qué es eso de la Educación Emocional y para qué sirve, vamos a introducir otra nueva asignatura, no quedamos en que debemos trasmitir conocimientos…? Estas y otras son preguntas que se me han planteado en varias ocasiones por parte de padres y alumnos: intentaré clarificar, porque estamos hablando de algo que es consustancial a la educación de nuestros hijos e imprescindible para la dimensión personal y social del individuo.

“En la actualidad dejamos librada al azar la educación emocional de nuestros hijos, con resultados cada vez más desastrosos. Una solución consiste en tener una nueva visión de lo que las escuelas puedan hacer para educar al alumno como un todo, reuniendo mente y corazón en el aula”. Con esta cita del psicólogo Daniel Goleman (1995) clausuré el pasado 23 de febrero la III Jornada “propuestas a los retos de la escuela de hoy: EducaciónEmocional” en la que pudimos escuchar una magistral conferencia del profesor Rafael Bisquerra sobre le educación emocional en la escuela del futuro.

Hay aspectos de las relaciones humanas que ni se adquieren espontáneamente ni son innatas, requieren trabajarlas, ser objeto de “educarse”. Que esto no sea así tiene consecuencias posteriores, cuando el alumno sale de las aulas y se enfrenta a la sociedad real en todos sus campos, incluido el laboral. Porque reconozcamos que son muchos los jóvenes a los que les cuesta no sólo relacionarse con los demás, sino también exteriorizar sus propios sentimientos.

Partamos de que una educación integral (y, si no lo es, podremos hablar de enseñanza o enseñanzas, no de educación) debe poner en relación el desarrollo cognitivo y el emocional, la mente y el sentimiento: ambos son esenciales para el desarrollo de la personalidad.  Por ello, deben desarrollarse conocimientos y habilidades sobre las emociones que capaciten  al individuo para afrontar mejor los problemas que se le plantean en el día a día. Porque este tipo de educación debe perseguir aumentar el bienestar personal y social y es un proceso educativo continuo y permanente, no solo a lo largo del periodo de escolarización, sino a lo largo de toda la vida. Debemos conseguir personas emocionalmente inteligentes. ¿O no estamos padeciendo verdaderos problemas de integración/adaptación, de comunicación interpersonal, de habilidades sociales?

Y no se trata de otra cosa que de conocer nuestras propias emociones y controlarlas; identificar las de los demás, asimilarlas y respetarlas: lo que nos posibilita nuestra relación con los otros. Se trata de que eduquemos para la vida (tiene que ver mucho con los valores) y ello implica fomentar actitudes positivas ante las situaciones cotidianas, desarrollar habilidades sociales (empatía) y  estrategias para generar emociones positivas: la automotivación, la resistencia a la frustración , el desarrollo del sentido del humor, la disminución de la ansiedad, del estrés, de los desórdenes fisiológicos ( anorexia, bulimia, exceso de peso…)

La educación emocional abarca pues competencias básicas, tanto en el ámbito intrapersonal (YO) como en el interpersonal (LOS OTROS). En el primero: el esfuerzo mediante el rendimiento, la autodisciplina, el cumplimiento de obligaciones, la iniciativa, la adaptabilidad… En el segundo: la sociabilidad, la imaginación, la creatividad, la conciencia organizacional, la comunicación, la resolución de conflictos, el trabajo en equipo, el liderazgo, la colaboración. 

No se trata, respondiendo a aquella pregunta, de una asignatura más, se trata de la ASIGNATURA (¿pendiente?) que da sentido completo al hecho educativo. Transmitimos conocimientos (enseñamos), pero esa transmisión se realiza en un contexto (escolar, familiar, social) con un fin (preparar para la vida); y para conseguir ese objetivo debemos posibilitar todas aquellas estrategias que ayuden al alumno (o hijo, o ciudadano) a desarrollar sus emociones, sus sentimientos, sus posibilidades en un escenario que fomente el desarrollo de esas habilidades en relación con los demás. Porque aquí es donde el concepto educación adquiere su valor integral.

No en vano hablaba Ortega de la dimensión social del individuo y del lenguaje (comunicación) como principal vehículo de socialización.

Nada más y nada menos.

Presidente de Fundación Piquer

viernes, 9 de marzo de 2012

Una mirada hacia el Sahara

Sahara. Hay veces que las consecuencias de tus decisiones te llevan más allá de lo que tú nunca hubieras podido llegar a imaginar. Así comienza la aventura, con la decisión de por qué no viajar a los campamentos de refugiados saharauis en Argelia. Hay miles de sitios en el mundo para visitar, pero este era el que nos llevaba esperando mucho tiempo.

Me llamo Belén y hace dos años empezó para mí una aventura, que ya no tiene marcha atrás.

Al aterrizar en Tindouf me di cuenta, que cuando regresara a España no sería la misma persona que había llegado a aquel aeropuerto militar.

El primer contacto con nuestras familias de acogida, fue bastante impresionante, no hablaban muy bien español, eran las 5 de la mañana y aunque llevábamos un día muy duro las ganas de dormir se habían quedado en Barajas, pero pronto empezamos a darnos cuenta cómo esa familia empezaba a ofrecernos todo lo poco que tenían.

Los días se fueron sucediendo y poco a poco pudimos ver como aquella cultura y aquellas gentes que nos resultaban tan lejanas empezaban a formar parte de nosotros mismos y sin darnos cuenta, nosotros convirtiéndonos en saharuis de corazón como les gusta llamarnos.


Los colegios no están equipados con grandes pizarras ni grandes pupitres, son aulas que hay que barrer cuando se sale al patio porque la arena se hace dueña de todo lo que toca. Los maestros hasta estos últimos años simplemente eran voluntarios que se ofrecían a enseñar lo que sabían, por lo que las metodologías y las didácticas apenas resonaban en aquellas aulas. Pero poco a poco y con el esfuerzo de todos se van viendo pinceladas de superación y esfuerzo por parte del gobierno y del pueblo mismo.

Nunca había tenido la posibilidad de trabajar en un colegio, y empezar en una clase donde la tutora no ayudaba mucho, era una situación muy complicada. Pero en el momento en que pones toda la carne en el asador, las cosas empiezan a funcionar mejor de lo previsto. Los cursos con los que trabajaba eran en un principio los más complicados, los temidos primeros de primaria, que no sabían decir ni una palabra de español, pero contra todo pronóstico, eran los que disfrutaban cada momento y cada enseñanza que les dabas. Nunca tenías suficientes recursos, porque siempre querían más, porque no querían que te fueras de su clase, porque querían seguir conociendo animales, números, letras…… . la educación es un bien que no terminamos de aprovechar las personas que la tenemos al alcance de la mano, pero los niños saharauis saben que su futuro está basado en la educación y en la formación propia de cada uno de ellos y que mediante la educación es como alcanzarán la libertad.

Intentar reflejar en unas líneas lo que significa haber convivido con Saharauis en los Campamentos de Refugiados en Argelia, es imposible, porque es un pueblo que no ves con los ojos, es un pueblo que sientes con los ojos del alma. He tenido el privilegio de convivir en un desierto donde no crecen árboles ni plantas pero que florecen personas, personas que me han hecho cambiar el cristal con el que miraba al mundo, un mundo que nos parece tan utópico de cambiar pero que si trabajamos un poquito más de lo que nos creemos capaces podemos modificar, o como diría Ghandi, debemos ser el cambio que quieren ver en el mundo.

Explicar el conflicto del pueblo saharaui, se resume en la palabra injusticia y os invito a remover un poco la conciencia e indagar que pasó hace ya más de 35 años.

Cuando vives en un lugar en el que la cárcel no significa celdas infranqueables sino infinito desierto, te enseñan que no todo está perdido, que existe un futuro mejor, pero que hay que trabajar muy duro para conseguirlo, porque ofrecer no significa derroche sino agradecimiento.


Despedirse siempre es difícil y más aún cuando tienes la continua sensación de que aún no te has ido, dicen que la distancia entre la verdad y la mentira es la de los cuatro dedos. Cuatro dedos es lo que separa el oído de nuestros ojos, lo que te contaron puede que no sea verdad, pero lo que has visto, es la verdad que tu cuerpo guarda. Y esta es mi verdad, solo me caben en la boca palabras de agradecimiento, a mis padres por apoyarme a pesar del miedo a lo desconocido, a mis compañeros de viaje por estar siempre al lado cuando lo necesitaba, a mi otra familia, esa que vive un poco más lejos, pero que no puedo olvidar ningún día, por hacerme sentir como en casa, por cuidarme y enseñarme que la vida es un regalo y hay que luchar por ello y al destino o a quien quiera que mueva los hilos de esta vida por haberme dado el privilegio de poder viajar a la tierra donde no está el Sahara, pero están los saharauis.


SHUKRAM. Gracias
Belén Moreno (1º A de Educación Infantil)


jueves, 23 de febrero de 2012

COMPENDIO XXV en el Museo de Santa Cruz



Ayer día 22 de febrero de 2012, bajo la dirección de nuestro profesor D. Ramón Sánchez, realizamos una visita al Museo de Santa Cruz de Toledo para ver una exposición “COMPENDIO XXV”. En ella se celebra el aniversario de la declaración de Toledo como ciudad patrimonio de la humanidad y que mejor manera que haciéndonos un resumen de estos veinticinco años atrás sobre la historia de Toledo.  

Nos mostraron edificios, lugares y temas de la ciudad y conocimos los periodos, estilos o culturas en los que fueron creados. Aparte de todo esto, también tuvimos la suerte de poder observar distintos descubrimientos arqueológicos encontrados. 

El Corpus, San Ildefonso, La catedral, distintos monarcas; el damasquino, la cerámica o distintas armas, fueron muchos de los símbolos que pudimos observar.

Se recogen veinte siglos de nuestra cultura en dicha exposición bastante interesante de visitar. También se podrá acudir el día de “la noche toledana” ya que el museo permanecerá abierto.


Os animamos a visitarla.
María Cristina Alba Fernández (3º de Ed. Primaria)