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sábado, 28 de noviembre de 2009
lunes, 16 de noviembre de 2009
Santa Cecilia
Transformación de las Escuelas Universitarias de Magisterio a Facultades de Educación y Formación del Profesorado en la UCLM
domingo, 15 de noviembre de 2009
PENSAR LA EDUCACIÓN
Por eso me gustaría formular algunas preguntas. Las mismas a las que doy vueltas en la cabeza con cierta frecuencia. Se refieren a la propia esencia de la educación, asunto sobre el que me parece no solemos reflexionar muy a menudo. Porque, más allá de las definiciones oficiales que podemos encontrar en los libros de pedagogía, yo, que tengo ilusión por dedicarme algún día a este trabajo, debo darme una respuesta personal respecto a lo que para mí significa el hecho de educar, ya que de esa respuesta va a depender el “anclaje”, el posicionamiento profundo que va a dar sentido a toda mi labor y que, de forma más o menos explícita, va a condicionar mi práctica educativa.
Y empiezo con las preguntas। La educación ¿debe ocuparse más bien de la transmisión de contenidos –ya sean científico-técnicos, socio-culturales, actitudinales, etcétera- o de la creación de nuevos esquemas de conocimiento y relación? Dicho de otra manera: ¿debemos ocuparnos en educar para el mundo que tenemos o más bien en preparar a las nuevas generaciones para que puedan llegar a construir el mundo que queremos? Yo creo que, de acuerdo con la prioridad que establezcamos (la cual, obviamente, tendrá también que ver con nuestros planteamientos ideológicos y vitales, y hasta con nuestro propio substrato biológico y temperamental) será más o menos previsible nuestra orientación profesional. Porque supongo que estaremos todos de acuerdo en que la “neutralidad” y la “equidistancia”, que pueden traducirse en la mera aplicación de recursos técnicos y de estrategias metodológicas que buscan incrementar ciertas capacidades de los alumnos, son, además de imposibles de hecho, claramente inhumanas y aberrantes. Todos pensamos, nos posicionamos y sentimos de tal o cual manera… Y si no es así, ¡mal asunto!; porque sería como dar por hecho que más que personas somos piedras u objetos insensibles. El gran psicólogo humanista Carl Rogers, en su libro “El proceso de convertirse en persona” -obra que debería ser de obligada lectura para todos los docentes- defiende que la autenticidad, el mostrarnos ante los niños tal como somos, el entablar con ellos una relación de empatía y aceptación, de profundo respeto a lo que el otro es ya en el momento de la interacción (y no sólo a lo que puede llegar a ser o a lo que nosotros queremos que sea) es la condición indispensable para conseguir ese clima de seguridad y confianza que permitirá el aprendizaje y el crecimiento personal de nuestros alumnos; y también nuestro propio crecimiento en la medida que nos implicamos en esa relación.
Desde luego yo estoy convencida de que la educación debe dirigirse a un horizonte utópico (teniendo en cuenta que utopía es “lo que aún no existe”, pero puede llegar a existir, pues no es imposible), horizonte que ha sido vislumbrado por los grandes pensadores de la humanidad en diferentes épocas y que, sin entrar en más detalles, se configura en torno a los ideales de libertad, justicia y fraternidad de los seres humanos entre sí y con su medio, es decir, con los demás seres vivos e inertes que pueblan nuestro mundo. Es claro que aún estamos muy lejos de alcanzar esos ideales; pero yo creo que nadie, y menos un educador o educadora, debería renunciar a ellos si quiere ostentar dignamente ese título. Además las leyes y normas de carácter general (Declaración Universal de Derechos Humanos y otros tratados internacionales, nuestra propia Constitución, etcétera) y las específicas en lo que se refiere a la educación (LOE y otras leyes educativas autonómicas) también se asientan, al menos en teoría o en “la letra”, sobre esos principios… ¡que tal vez siguen siendo teóricos porque no terminamos de creérnoslos seriamente!
Como es palpable que el mundo marcha por unos derroteros donde la violencia, los abusos de todo tipo de unos hombres o unos pueblos sobre otros, los daños a un medio que tendría que garantizar la vida de los que vienen detrás de nosotros, y un largo etcétera de desdichas siguen siendo por desgracia tan habituales, yo no tengo más remedio que preguntarme: ¿Puede mi trabajo quedarse en lo meramente “profesional” o debe avanzar hacia un compromiso más global? Y si así fuera, ¿tengo derecho a poner mis metas pedagógicas en lo que aún no es, sabiendo que ello puede crear un cierto conflicto con la realidad tal como es? Dicho de otra forma: ¿ayudamos a que crezcan seres adaptados a lo que hay, renunciando a los intentos de avanzar hacia un mundo como debería ser; o asumimos el riesgo de crear seres en alguna medida inadaptados con la esperanza de que esa inadaptación pueda ir provocando los cambios que deseamos? No es un juego de palabras sino una cuestión a mi juicio muy seria. Intentaré ilustrarla con un ejemplo: continuamente oímos a nuestro alrededor que las naciones, las empresas, incluso las personas, deben ser competitivas en sus relaciones comerciales, profesionales o sociales. Cuando los padres intentan presionar a los docentes para que sus hijos obtengan buenos rendimientos académicos (incluso a costa de principios educativos tan importantes como la integración o la inclusividad) están respondiendo, en realidad, a ese mensaje, a esa exigencia de competitividad. Sin embargo en nuestros currículos escolares se recogen y defienden continuamente los valores de la cooperación y la solidaridad. ¿En qué quedamos? ¿Cuál debe ser nuestro criterio y en qué sentido debemos dirigir nuestros esfuerzos como educadores?
Muchos otros ejemplos podrían concretar este conflicto entre el ser y el debe ser; conflicto que ojalá suscite muchas preguntas a los educadores actuales y futuros। Unas preguntas a las que todos y todas deberíamos ir encontrando respuestas। Yo personalmente así lo intento… Pero creo que no estaría de más plantearlas y debatirlas a nivel más colectivo o institucional, porque la esencia del propio hecho educativo y de nuestra labor como docentes puede estarse jugando en ellas.
Esta autora se influyó para realizar su teoría en el constructivismo, el cual tiene como idea básica partir de los conocimientos previos del niño, como Vigotsky. Estudió Psicolingüística, Filología Hispánica y Filología Catalana, dedicándose a la formación de profesores y a la investigación de la didáctica del lenguaje. También estuvo dando clases en la Universidad de Barcelona. Después se dedicó a la investigación, donde ha estudiado los procesos de desarrollo de los niños.
María Dolores Rius ha estudiado los procesos de desarrollo cognitivo de los niños, su didáctica consiste en adaptarnos a esos procesos de desarrollo y mostrar en cada momento los contextos que el niño puede asimilar. Dice que no hay que forzar una enseñanza sino que hay que partir de lo concreto, de lo cercano y de manera inductiva. Defiende que cualquier enseñanza hay que empezarla por un inicio del proceso para llegar al concepto, aunque normalmente se hace al revés.
En su teoría divide la enseñanza en dos etapas. En la primera, que comprende las edades de 3 a 7 años, trabajan el lenguaje a través de tres apartados: el lenguaje oral, la grafomotricidad y las lecto-escritura, estos tres bloques abarcan desde la educación infantil hasta la educación primaria. La segunda etapa corresponde a las edades de 8 a 12 años.
Conocer este método pedagógico supuso para nosotras un descubrimiento, ya que sabemos que en la mayoría de los centros educativos no se trabaja de esta manera.
Con esta teoría se trabajan:
-El lenguaje oral: a través del RAF (Respiración, Audición y Fonación)। Primero se enseñan las vocales y después las consonantes, grafías y fonemas contrarios entre sí.
-La grafomotricidad: cuyo objetivo final es que los niños consigan alcanzar el código adulto, es decir, que lleguen a escribir como los adultos। Se utilizan determinados mecanismos y actividades como el cortado, el pegado, el picado, etc. para lograrlo.
-La lecto-escritura: mediante rótulos y carteles en los que se nombran todos y cada uno de los objetos que se encuentran en el aula, así como los nombres de los niños y adultos que componen el grupo-clase.
Con esta teoría, María Dolores no incorpora ningún material, sino que deja “una puerta abierta” a la imaginación de los docentes que empleen su método.
Un material curioso y muy útil con el que nos encontramos es “La Caja de Letras”. Este material se utiliza a partir de 4 años, con 3 no se utiliza porque los niños a esta edad aún se encuentran en la etapa perceptiva, en la que sólo detectan la palabra global, sin detectar que las palabras están compuestas de letras. Se le empieza a dar uso al final del segundo trimestre o principios del tercero.
En un comienzo se les presenta una caja de letras gigante, las letras suelen ser del tamaño que cada uno considere, pero siempre que sean lo suficientemente grandes como para que todos, estando en gran grupo, puedan verlas. Se empieza a trabajar en la asamblea con actividades como la construcción de los nombres. “La caja de letras” debe tener todas las letras que podamos necesitar para escribir correctamente una palabra, tiene que haber suficientes vocales y consonantes (unas tres o cuatro vocales y dos o tres consonantes), mayúsculas y minúsculas, vocales tildadas y la diéresis. En cuatro años sólo se utiliza para poner el nombre, y en cinco años además del nombre para otras palabras que elijan ellos o el adulto.
La utilización de “la caja de letras” viene porque Mª Dolores Rius dice que antes de escribir una palabra por sí mismos sobre el papel es mejor usar este material, ya que si cometes un error, éste se graba en la mente y es más difícil de corregir; sin embargo si lo haces con la caja de letras, al ser móvil (no tienes que borrar), puedes corregirlo con mayor facilidad ya que no queda tan grabado en la memoria, pudiendo modificarlo. A la larga el beneficio que posee es que tengan menos problemas de faltas de ortografía.
Realizado por:
Ana Belén Fernández Hernández
Virginia Gallego Pérez
3º de Educación Infantil.
lunes, 9 de noviembre de 2009
INVITACIÓN ACTO INAUGURACIÓN EXPOSICIÓN INFANTIL
Como profesora de la asignatura “Didáctica de la Educación Plástica”, en nombre de mis alumnos y en el mío propio, tengo el placer de invitarles al acto de inauguración, que tendrá lugar el próximo día 30 de noviembre a las 11 horas.
Atentamente:
Cecilia Blázquez González
Profesora de Didáctica de la Educación Plástica
PARA LOS/AS DIRECTORES/AS DE CENTROS EDUCATIVOS
Sr. Director/a:
Con motivo de la realización el próximo mes de diciembre de la exposición DE MATERIAL CURRICULAR PARA NIÑOS DE ED. INFANTIL “Fabricarte. Más allá de las sensaciones”, que estará instalada en el edificio número 1 de la Fábrica de Armas, entrada por Edificio Sabatini, la profesora de “Didáctica de la Educación Plástica”, Cecilia Blázquez González, y los alumnos de 3º de Magisterio DE DICHA ESPECIALIDAD tienen el placer de invitarles a visitar LA MISMA ACOMPAÑADOS POR LOS ESCOLARES DE ESTA ETAPA
En el caso de que esté interesado, le rogamos se ponga en contacto con nosotros, lo antes posible, para confirmarnos el número de niños que asistirían y los cursos a los que pertenecen. Puede dirigirse al teléfono 670 831 643, o a la siguiente dirección: Cecilia.Blazquez@uclm.es.
Para más información entrar en: http://expoplastica.blogspot.com
Agradeciéndole de antemano su colaboración, le saluda atentamente.
En Toledo, 8 de octubre de 2009
Cecilia Blázquez González
Profesora de Didáctica de la Educación Plástica
martes, 3 de noviembre de 2009
Magisterio Toledo en Facebook
Acceso a Magisterio en Facebook
Un saludo y os esperamos.
jueves, 29 de octubre de 2009
Poesía y Prosa
La poesía está dedicada a un amigo y los pensamientos son para mi chico que está muy lejos, aunque ya viene dentro de poco, la espera ha sido dura...pero toco a su fin...Menos mal.
Espero que os guste.
Pienso que pienso demasiado,
creo que creo más
de lo que la vida me ha brindado
y de lo que me pueda deparar.
Un día pasaba como un año
y las horas como días...
Y siento que a nadie amo
y me inunda la alegría...
Pues el dolor que he sufrido
ya no puedo perdonar,
no puede caer en el olvido,
me he obligado a recordar.
Y es por que temo caer de nuevo
en un círculo de tristeza,
por lo que ahora me niego y me niego
a considerar el amor proeza.
Trae felicidad cuando se disfruta
y desdicha al razonarlo,
como morder un pomelo con azúcar
que si no lo lleva es amargo.
¿De qué sirve en el fondo sentirlo?
Es como dar un caramelo a un niño:
Feliz cuando lo saborea,
pero cuando se acaba ¡Berrea!
La vida te enseña cosas
que a veces no quieres saber,
que las rosas no son siempre rosas
y oler no es saborear café.
Así de amarga es a veces
y el cristal de torna gris.
Pero líbrate de las redes
que solo te hacen sufrir
por que en conjunto la vida es bella,
quien es feliz no lo niega,
pero encontrar la felicidad
es, a veces, difícil tarea.
¡Solo busca y encuéntrate!
¿Tienes algo mejor que hacer?
Lo más importante en la vida
es vivirla en armonía,
y esta se encuentra en lo más sencillo,
en el más loco, el más cuerdo y en los niños.
Es muy fácil perderla y menos difícil reencontrarla
Lo único que debes hacer con ella
es recuperar la inocencia y perdonarla.
Solo se trata de borrar,
borrar dolor y amargura,
pensar que el pasado no vuelve,
vivir y soñar el presente,
romper las cadenas de tu mente.
Pues tu existencia es infinita,
pero tu cuerpo solo una vez la siente,
y vivir es una experiencia exquisita
si te das cuenta de que tu corazón palpita
y por tus venas corre sangre caliente.
Más aun que tratar de borrar
ese dolor y amargura,
hay que colocar esa experiencia
en una “zona segura”,
en la que al ponerte a recordar
exista un velo tupido,
de tu color preferido,
que solo deje pasar
los buenos momentos vividos
y te permita siempre soñar
con un pasado, presente y futuro por ti elegidos.
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No hay distancia sino ausencia de tu olor, de tu voz y de tus abrazos.
Es la misma Tierra, la que pisamos, el mismo Sol el que nos baña y la misma Luna la que cuida nuestros sueños...Es el mismo aire, la misma luz y la misma oscuridad la que nos envuelve...pero no verte...no verte convierte todo eso en...en...en...en palabras...que solo cobran significado cuando te sueño y siento dentro que ahí estás...en algún lugar lejos pero al mismo tiempo cerca, por que son las mismas estrellas las que vemos, la misma Tierra la que pisamos, el mismo Sol el que nos baña, la misma Luna la que nos observa mientras dormimos, el mismo aire el que entra en nuestros cuerpos, la misma luz que nos ilumina y las misma oscuridad que nos envuelve hasta el próximo beso...