Hoy, en clase de Procesos de Enseñanza-aprendizaje, con mis alumnos de 1º de Educación Primaria, hablábamos de las competencias que debe poseer un buen maestro. Veíamos resultados de investigaciones donde se demostraba que dominar los contenidos es super importante pero también hablábamos de la necesidad de que un profesor domine las competencias blandas o transversales. Veíamos encuestas donde la sociedad nos pide cariño, espíritu de servicio, vocación, actitud, don de gente, trabajo en equipo………
Les contaba que, en mi vida familiar de este último mes, donde he perdido a mis padres con una diferencia de 20 días, he tenido que sufrir experiencias muy desagradables de falta de empatía, asertividad, resolución de conflictos y anteponer el saber hacer ante el saber ser o saber estar. Ha sido muy duro y yo les pedía que pensaran que su futuro profesional estaba unido a personas y que teníamos que ser entregados y no solamente luchar por lo que consideramos nuestros derechos.
En ese momento Alberto, el delegado de la clase, ha abierto la puerta y ha entrado con un precioso ramo de flores de parte de todos los alumnos. Todos han aplaudido y yo me he sentido la profesora más dichosa del mundo. Porque con este gesto me hacéis sentir que los maestros estamos hechos de una materia muy especial, porque me reafirmo en el valor y el calor humano, porque otra vez vuelvo a decir: ¡merece la pena seguir luchando por formar buenos maestros y una educación de calidad, claro que sí!, porque aunque quede mucho por hacer……..siempre habrá un maestro comprometido cerca.
Gracias queridos alumnos y alumnas. Y como decís en vuestra tarjeta, y a pesar de que nos conocemos sólo hace un mes, yo también os quiero. Puri
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