¿Cómo se debería educar hoy a los
ciudadanos de mañana?
Al comienzo de este siglo, en una
entrevista[1] bajo el
título: "En el siglo XXI el
aprendizaje se ha convertido en un reto de por vida", apuntaba
algunos cambios en relación a la educación y al potencial de las nuevas
tecnologías. Hoy sigo convencido de que la llave de la educación viene de la mano
de la formación permanente y dicha necesidad nos lleva a buscar nuevas
estrategias de enseñanza y aprendizaje en los diferentes niveles educativos que
nos permitan preparar a los ciudadanos del mañana con perspectiva de futuro
para dar la mejor respuesta a la sociedad y a las necesidades individuales.
Si como decían Confucio y también
Benjamín Franklin: “si me lo dices lo
olvido, si me lo enseñas lo recuerdo y si me dejas que lo haga lo aprendo”,
esto nos lleva a pensar que la mejor manera de prepararnos ante los nuevos
retos que afronta nuestra sociedad, pasa por el desarrollo de una pedagogía
activa donde la participación y el compromiso de la persona que aprende es
esencial. En este sentido nos hemos de replantear el modelo de
enseñanza-aprendizaje que desde la escuela, el instituto, la universidad,… debemos
ofrecer, donde el alumno que aprende debiera ser el verdadero protagonista.
Para conseguir este propósito, los educadores deberíamos sentirnos cómplices
con nuestros estudiantes en este proceso de aprender a aprender de manera
colaborativa.
En este sentido las tecnologías
emergentes de la información y la comunicación que la sociedad del siglo en que
vivimos desarrolla, pueden ser buenas aliadas para dicha transformación. No
obstante hemos de entender que si bien las TIC son instrumentos y recursos
potentes que están omnipresentes en nuestra sociedad, sin embargo no garantizan
por sí mismas la innovación y el cambio
educativo. Y eso debería estar presente tanto en aquellos que consideran las
TIC como la panacea universal que resolverá los problemas educativos, como quienes
ven en la tecnología la antesala del infierno y ponen todo tipo de trabas a su
incorporación en los procesos educativos. Y es que las TIC están siempre
supeditadas al buen hacer de los profesionales que se ocupan de atender los
procesos de enseñanza y aprendizaje en los contextos educativos. Por tanto, si
pretendemos innovar y mejorar en educación, se deberá contar con la
colaboración de los profesionales de la docencia, con su formación y
experiencia. Quizá se trate más de un cambio metodológico profundo más que
tecnológico lo que realmente tenga mayor alcance en nuestros espacios
educativos y en esto los docentes tenemos un gran compromiso al que debemos dar
una respuesta eficaz.
- ¿Cuáles serán los principales cambios en el
proceso de enseñanza-aprendizaje en los próximos (20) años? (y me refiero
tanto a la personalización de la educación, mayor protagonismo del alumnado,
desarrollo de las inteligencias múltiples/inteligencia emocional, cambios en el
sistema de evaluación/autoevaluación, uso de plataformas…)
o ¿Serán
los ‘mismos’ cambios para la educación no universitaria / educación
universitaria? (¿En qué aspectos deben mejorar las universidades?)
Ante el nuevo escenario educativo
y los nuevos retos a los que nos enfrentamos, es evidente que no podemos seguir
formando a las generaciones del mañana con las herramientas que formaron parte de
nuestro pasado, las oportunidades que ofrecen las TIC nos han permitido romper
con las barreras históricas de espacio y tiempo, de tal forma que hoy es
posible en cualquier momento y lugar desarrollar un espacio de intercambio de conocimiento
y aprendizaje y esto deberá promoverse desde los diversos niveles educativos.
En el contexto de la Universidad, donde la formación se orienta al logro de competencias y al aprendizaje autónomo del estudiante, la incorporación e integración de las TIC, en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), supone un gran desafío. En los últimos años numerosas universidades con marcado carácter presencial han puesto en práctica experiencias de docencia que combinan actividades en aulas físicas con otras a través de las aulas virtuales. La creación de campus virtuales para la docencia universitaria está favoreciendo el desarrollo de procesos de enseñanza aprendizaje auxiliados por los recursos que ofrecen las TIC. En la Universidad de Castilla-La Mancha desde hace más de una década venimos desarrollando nuestras asignaturas con el auxilio de plataformas virtuales para la docencia que disponemos en Moodle y esto nos permite ofrecer un modelo híbrido (blended learning) que añade a la enseñanza presencial todas las ventajas y posibilidades que la enseñanza a distancia permite mediante el uso de TIC.
En el último informe Horizon 2014
[2] en
educación superior al tiempo que se analizan los obstáculos existentes para la
generalización del uso de las tecnologías en la Enseñanza Universitaria, se
presentan algunas tendencias, retos y tecnologías emergentes en los próximos
cinco años que nos sitúan ante un nuevo paradigma en educación superior por el
que ya estamos transitando.
- ¿Uno de los principales cambios vendrá de
mano de los contenidos? (me refiero al hecho de que las editoriales ya no
tienen la hegemonía, la proliferación de contenidos creados por docentes,
padres, el propio alumnado… la renovación de los libros de texto papel versus
digital, la aparición de plataformas donde los usuarios pueden crear libros de
texto a medida…)
Dado que el modelo de enseñanza tradicional ha entrado en crisis y que
de una cultura oral e impresa hemos pasado a una cultura digital donde más allá
de los libros de texto podemos acceder al conocimiento a través de otros
entornos variados y multimedia, el aula de clase se viene a transformar en un
auténtico centro de recursos para el aprendizaje y la investigación, donde
conviven libros y tecnología digital.
Comprobamos como el sector de contenidos digitales está creciendo
exponencialmente en los últimos años, basta consultar los últimos informes [3]sobre
esta nueva realidad que el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la
Sociedad de la Información (ONTSI) nos ofrece.
Castilla-La Mancha es pionera desde el pasado curso escolar en la
puesta en marcha del plan escuela
extendida: mochila digital [4] , que hace posible impartir
enseñanzas en los centros educativos de
la comunidad autónoma sin libros ni tizas, se trata de un modelo de
enseñanza digital que está transformando sensiblemente los procesos educativos
que se llevan a cabo en las aulas escolares de tercero a sexto de primaria y de
secundaria de la región.
Para conocer algunas novedades de este plan se puede acceder a: http://centroformacionprofesorado.castillalamancha.es/pt/cultura-digital-v2
Algunos profesionales en el
ámbito de la tecnología educativa nos preguntamos si esta nueva concepción
responde realmente a innovaciones educativas o a intereses comerciales, así el
profesor Manuel Area [5]defendía
su postura a principios de la década en su blog[6] , posición que comparto, sobre una escuela
actual y de futuro como espacio social en el que convivan los libros con las
tecnologías digitales y donde el alumnado deberá estar formado para emplear
indistintamente los recursos impresos y digitales, dejando de lado una
metodología de enseñanza basada de manera casi exclusiva en el uso de los
libros de texto.
Hacer copartícipe a la comunidad educativa en la construcción y
transferencia del saber, aprendiendo a conocer, hacer, ser y convivir, es uno
de los principales retos del actual sistema educativo. Ante la hegemonía de las
editoriales en la elaboración de los contenidos curriculares en los diferentes
niveles educativos nos encontramos ante una nueva realidad en la que las
tecnologías emergentes ofrecen la posibilidad de construir de manera creativa
entornos digitales de aprendizaje con los propios agentes y recursos que
intervienen en el proceso educativo.