En la asignatura obligatoria de
primer curso del Grado de Magisterio para los alumnos de Infantil “Lengua
Extranjera y su Didáctica I (Francés)” (9 créditos, anual), realizamos dos
trabajos ECTS: uno en parejas y otro individual. El primero de ellos -y como
viene siendo habitual desde que se implantó Grado en nuestra Facultad hace ya 4
cursos- lo venimos dedicando a la animación a la lectura en francés. Para ello,
ofrecemos a los alumnos álbumes ilustrados en francés que han de trabajar, por
un lado, desde el punto de vista léxico para narrárnoslo en clase a todo el
gran grupo y, por otro, han de realizar un trabajo de programación insertando
el material de su elección en la metodología por proyectos.
Cada año me sorprenden más y lo hacen
mejor, pues no hay nada más gratificante para el docente y sus alumnos que
ofrecerles un material real (es decir, cuentos que los propios niños
francófonos conocen y trabajan en la escuela o tienen en sus casas) y ponerles
en una situación ficticia de aula programada por ellos: en este caso, teniendo
en cuenta que la dramatización del cuento la desarrollarán para niños españoles
que estudien en una sección europea (francés) de un colegio infantil de nuestra
Provincia; generalmente, en el aula de 5 años. Pese a que es una actividad muy
difícil, y ciertamente a algunos les crea algo de inseguridad, ansiedad y
pánico escénico totalmente lógicos, los alumnos de Magisterio lo hacen muy bien
porque no sólo nos cuentan un cuento en francés (que es francamente difícil)
sino que nos lo animan y ponen en práctica los conceptos metodológicos que
hemos trabajado anteriormente en la parte teórica de la asignatura. Por otro lado,
y esto es una destreza destacable en el/la alumno/a de Magisterio, despliegan
todo su ingenio y creatividad al fabricar material propio, que quizá en el
futuro puedan reutilizar o adaptar en sus aulas.
[Esther (haciendo guignol) y Gema contándonos Clara, tais-toi!, la historia de una
rana un tanto pretenciosa]
El pasado mes de
marzo hemos trabajado en clase las siguiente obras: Arrête de faire le singe (animada por mí), Le chat soleil en formato
kamishibai, Le roi, sa femme et le petit
prince, Tout en haut, Quel est ton nom, caméléon ?, J’ai deux mains, j’ai deux
pieds !, Le singe et moi, Le mouton et moi, Le Noël de Tchoupi, Un papa,
Clara, tais-toi ! y Le roi est
occupé. Tras cada
exposición, mi objetivo principal ha sido hacer una crítica constructiva y
positiva de las fortalezas de mis alumnas así como autocrítica consciente de
sus debilidades para que puedan enmendarlas de cara a un futuro, sean o bien maestras
generalistas de Infantil o bien especialistas en lengua extranjera. El
resultado ha sido muy satisfactorio como grupo: no sólo hemos escuchado once
cuentos para niños en lengua francesa sino que nos hemos nutrido de las ideas
de las compañeras y, yo personalmente como docente, he disfrutado mucho en estas
sesiones y alabado tanto su creatividad como el uso de las nuevas tecnologías
en algunos grupos de trabajo.
Somos conscientes también de que en
el mundo globalizado actual el inglés lo acapara casi todo. El francés no puede
ni debe competir con la enseñanza/ aprendizaje del inglés, pero sí debería
resultar un digno compañero de viaje en el mapa plurilingüe y multicultural
educativo de nuestra Comunidad Autónoma. La lengua francesa, minoritaria en
interés por parte del alumnado en la Universidad de Castilla-La Mancha, quizá nos
ofrece otra cosa: no tanto mercantilismo ni utilitarismo respecto al mundo de
los negocios pero sí, en nuestra opinión, un paradigma tradicional cultural probablemente
más rico e intenso que el anglófono. De fonética “endiablada” y de conjugación
de origen latino repleta de excepciones, la lengua francesa se nos antoja
también muy dulce y melodiosa para narrar historias en francés a los más
pequeños desde la etapa de Infantil. De ahí que como docente esté tan orgullosa
del trabajo de mis alumnas, de su interés y entusiasmo así como del itinerario
que les ofrece esta Facultad y sólo este Campus de Toledo de poder estudiar
francés en los cuatro años de carrera universitaria. Obviamente y como guinda
final me guardo siempre el as en la manga para el final (el desenlace esperado
y necesario de los buenos cuentos): el monográfico sobre Le Petit Prince de Saint-Exupéry en la asignatura de 4º curso
“Lengua, Literatura y Cultura Francesas”, que nos parece un libro esencial y
absolutamente obligatorio (y delicioso) que todo/a maestro/a debería conocer y
leer. A ser posible, en français…
Profesora de Lengua Francesa y su Didáctica
en la Facultad de Educación de Toledo