Domingo Vicente Gordillo entrevista:
1. ¿Cómo decidió convertirse en maestro?
Desde joven sentí una gran vocación por enseñar. Me gustaba ayudar a los demás, explicar, compartir lo que sabía. En aquella época, ser maestro era un oficio muy respetado y una forma bonita de contribuir al progreso de la comunidad. Me decidí por la docencia porque sentía que ahí podía marcar la diferencia.
2. ¿Cómo era la educación cuando usted empezó?
Muy distinta a la actual. Había más disciplina, pero también menos recursos. Usábamos pizarras de tiza, libros compartidos, y se valoraba mucho el esfuerzo. A pesar de las limitaciones, el ambiente en el aula era de respeto. Los niños venían con ganas de aprender, y los maestros éramos una figura importante.
3. ¿Qué metodologías usaba en el aula?
Me gustaba combinar lo tradicional con lo participativo. Usaba mucho la repetición, la lectura en voz alta, pero también procuraba fomentar el debate y la reflexión. Siempre creí que un alumno aprende mejor cuando se siente escuchado y motivado.
4. ¿Qué valores intentaba transmitir a sus alumnos?
El respeto, la honestidad y el esfuerzo. Para mí, formar personas era tan importante como enseñar contenidos. Siempre decía que educar no es solo llenar cabezas, sino también formar corazones.
5. ¿Cuál fue su mayor satisfacción como maestro?
Ver a antiguos alumnos convertidos en personas de bien, algunos incluso maestros. Me llena de orgullo cuando me saludan por la calle y me dicen: "Gracias, profe, usted me marcó". Eso no tiene precio.
6. ¿Cuáles fueron los mayores desafíos de su carrera docente?
Adaptarme a los cambios sociales y educativos. Con el tiempo llegaron nuevas tecnologías, nuevas formas de enseñar, y había que estar al día. También fue un reto atender a la diversidad en el aula, pero siempre con respeto y dedicación.
7. ¿Qué opina de la educación actual?
Ha mejorado mucho en recursos y posibilidades, pero creo que se ha perdido algo del respeto y de los valores. También noto que los niños ahora están más distraídos, quizá por el exceso de pantallas. Aun así, hay maestros muy buenos que siguen luchando por una educación de calidad.
8. ¿Qué consejo daría a los futuros maestros?
Que tengan vocación, que no lo hagan solo por un sueldo. La docencia exige paciencia, entrega y pasión. Si enseñan con el corazón, sus alumnos lo recordarán toda la vida.
9. ¿Cómo cree que debería ser la relación entre maestro y alumno?
Basada en el respeto mutuo. El maestro debe ser guía, no autoritario, pero tampoco un amigo más. Hay que marcar límites, pero también saber escuchar. El equilibrio es clave.
10. ¿Se arrepiente de haber elegido esta profesión?
Para nada. Si volviera a nacer, volvería a ser maestro. He vivido momentos difíciles, sí, pero también experiencias hermosas que me acompañan hasta hoy.
Hugo Cura Gordillo
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