La asignatura Educación y Sociedad me ha permitido comprender que la educación no es un fenómeno aislado, sino un proceso profundamente vinculado a las estructuras sociales, políticas, culturales y económicas que nos rodean. Esta perspectiva sociológica me ha llevado a cuestionar muchos supuestos sobre el papel de la escuela en la sociedad, y a valorar el impacto que puede tener la acción educativa en la transformación social.
Uno de los aprendizajes más significativos ha sido reconocer cómo la educación puede reproducir desigualdades, pero también ser una herramienta poderosa de cambio.A su vez, también me han inspirado a pensar en una educación más crítica e inclusiva.
Otro aspecto importante ha sido descubrir que el papel del docente va más allá de enseñar contenidos: también debe actuar como mediador social, promotor de valores democráticos y facilitador de la igualdad. Esta asignatura me ha hecho reflexionar sobre la responsabilidad ética de los educadores y la necesidad de tener una mirada sensible y contextualizada de la realidad del alumnado.
Finalmente, me quedo con la idea de que no puede haber una buena educación sin una reflexión constante sobre la sociedad en la que se inserta. La escuela no es solo un lugar para aprender, sino también un espacio de convivencia, de construcción de identidad y de participación ciudadana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por contribuir con sus comentarios a las entradas de nuestra Revista Digital.