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lunes, 25 de mayo de 2020

El derecho a la educación menoscabado por el virus


Desafortunadamente, nos hallamos ante un escenario excepcional, y nunca antes presenciado, que ha puesto de manifiesto las enormes dificultades de todos nuestros sistemas, y especialmente el educativo en el que la comunidad educativa está tratando de dar las respuestas más adecuadas a su alumnado.

Yo he optado por centrar mi aportación en los alumnos con necesidades especiales ya que la situación de especial vulnerabilidad del alumnado con discapacidad intelectual o del desarrollo, nos debe obligar a tener una particular sensibilidad con respecto a su vuelta a las aulas y las necesidades que presentan.
La ruptura de las rutinas, la repentina falta de conexión con compañeros y profesores, sumada a la dificultad para comprender esta situación y sus efectos, debe ser núcleo prioritario de interés de cara al regreso a las clases.
Las principales necesidades y dificultades que se detectan en las familias de estos niños son:
  • El acceso a recursos tecnológicos y a la conexión de la red para estar conectados con el centro educativo. En algunos hogares no poseen acceso a internet estable o no disponen de equipos suficientes ni adecuados, y muchas ocasiones son obsoletos y no soportan las aplicaciones más utilizadas, para poder desarrollar actividades escolares. También puede pasar que en un hogar haya varios niños en edad escolar y sólo dispongan de un dispositivo informático para poder seguir las clases virtuales.
  • El apoyo específico para el desarrollo de las tareas y el tiempo de dedicación por parte de las familias al niño con necesidades especiales a veces resulta incompatible con el desarrollo de sus actividades laborales. En este tiempo de confinamiento, las familias tienen que compatibilizar su actividad laboral con la enorme demanda de atención que requieren sus hijos con discapacidad intelectual o del desarrollo.
  • Los cambios que está sufriendo la convivencia familiar durante esta crisis sanitaria: situaciones de desempleo, de enfermedad y fallecimiento de seres queridos. Este tipo de situaciones, muchas de ellas difíciles de comprender o asimilar para niños con discapacidad intelectual o del desarrollo, se convierten en factores de estrés que pueden acelerar las dificultades durante la convivencia.

    Propuestas para la vuelta a las aulas de los alumnos con discapacidad intelectual o del desarrollo:
  • Primar su salud y bienestar emocional. La situación de especial vulnerabilidad del alumnado con discapacidad intelectual o del desarrollo, nos debe obligar a los docentes y a los compañeros a tener especial sensibilidad con respecto a su vuelta a las aulas, siendo conscientes de la situación vivida durante el confinamiento y las dificultades adicionales que hayan podido presentar en casa.
  • Ampliar, en la medida de lo posible, el refuerzo escolar y reforzar los servicios de rehabilitación interrumpidos durante el periodo de COVID 19 (fisioterapia, logopedia).
  • Brindarles la oportunidad de aprender en verano, proponiendo actividades lúdicas didácticas en entornos abiertos o naturales, con el objetivo de favorecer su desarrollo personal.

Cristina Azaña 
IIº Grado Magisterio de Primaria
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