La relación existente entre dos campos tan diferentes como son el periodismo y la educación aparentemente no tiene mucha lógica, pero realmente no es así.
El primer punto en común que presentar se puede apreciar en que ambos comparten la misma finalidad: transmitir información, uno mediante conocimientos y el otro a través de noticias. Esta labor se cumple en ambos casos de manera muy eficaz, lo que resulta de gran utilidad para la sociedad, otro punto en común.
Otro factor común de ambos ámbitos es la obligatoriedad de tener muy desarrolladas las competencias informacionales. Esta es un premisa fundamental y bastante obvia porque el mensaje que tanto profesores como periodistas va dirigido a los lectores, radioyentes y alumnos, por lo tanto, es básico se sepan y tengan claro qué, cómo y cuándo transmitir. Para mí las personas que se dedican a la docencia y al periodismo deben ser grandes comunicadores porque de nada sirve dar mucha información si ésta no llega a los receptores.
Además, estas dos disciplinas se retroalimentan a razón de que las noticias pueden ayudar a la labor docente porque, partiendo de la base de que un profesor debe estar en constante formación, les acercan y muestran recursos educativos que, en la mayoría de las veces, buscan o encuentran accidentalmente que pueden provocar que la calidad docente mejore y que les abra los ojos ante nuevas aplicaciones, libros o descubrimientos que nos llegan por medio del mundo del periodismo. Además, los diferentes medios ayudan a la divulgación educativa, ejemplo de esto son los blogs, las radios educativas o los programas educativos que se emiten por televisión.
Por otro lado, opino que en una sociedad basada en la información los docentes deben formar a los futuros ciudadanos en consecuencia con las necesidades vitales actuales. Es por eso que tendrían que, desde pequeños, inculcarles a los niños y niñas el pensamiento crítico. Esta herramienta les será de gran utilidad, ya que con esto fomentamos que durante toda su vida puedan ser libres y puedan analizar por sí mismos las cosas, evitando así ser influenciados o acatando cualquier orden sin pensar lo que esa acción conlleva.
El ejemplo más claro es el de las fake news, este anglicismo hace referencia a aquel contenido periodístico o pseudoperiodístico difundido a través de prensa escrita, ya sea digital o física, y radio cuyo objetivo es la desinformación. En el caso de los infantes, si nos les enseñan a ser críticos pueden sucumbir a mensajes, portadas o titulares sensacionalistas o contenidos que solo buscan el adoctrinamiento o el fanatismo. Hay que tener en cuenta que las personas que publican y comparten estas noticias falsas conocen perfectamente qué poner o cómo explicar los hechos y sucesos, pero es ahí donde radica la función que tiene el pensamiento crítico debido a que debemos formar a personas que sean capaces de identificar y filtrar la información que les llega por los diferentes medios.
En conclusión, me gustaría destacar que si se analizan en profundidad el periodismo y la educación pueden ir de la mano para conseguir un desarrollo y una transformación social.
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