Todos y cada uno de los derechos de la infancia son inalienables e irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna circunstancia.
Lo que caracteriza a los niños es su juventud y vulnerabilidad. El niño, al estar en proceso de crecimiento, no cuenta con los medios ni las herramientas necesarias para protegerse a sí mismo, por tanto, debe ser objeto de una atención especial y una protección específica. Por ello en la Convención de los Derechos de los Niños se proclamaron derechos que les protegen hasta los dieciocho años de edad. España fue uno de los primeros países que participó en la Convención de los Derechos del Niño en 1990. A partir de ese momento se han creado leyes de protección a la infancia y contra el maltrato, también se han creado Observatorios de Infancia. Cada 5-7 años, en nuestro país se realiza una prueba por el Comité de Derechos del Niño (órgano de las Naciones Unidas) para controlar que se aplique lo dictado por la Convención de forma correcta.
Para que en todo el se respeten de igual modo, los dirigentes de todos los países han de tomar las decisiones políticas teniendo en cuenta a los menores ya que sus decisiones les afectan en mayor o en menor cantidad y por ello una decisión que no les tenga en cuenta propiciará que sus derechos sean quebrantados y por consiguiente afectarán a la sociedad presente y futura.
Los niños tienen un día para ellos, el "Día del Niño" que se celebra el 20 de noviembre, actualmente por la situación provocada por la Covid-19, tuvimos que confinarnos en casa durante tres meses, esto provocó que los niños y niñas de nuestro país tuvieran que hacer un gran esfuerzo viendo coartados algunos de sus derechos para poder proteger otros, por ello se está generalizando la opinión de que se debe cambiar el día del niño al día 26 de abril, fecha en la que los niños y niñas de nuestro país pudieron salir a la calle por primera vez después de estar un mes confinados.
Para que los niños y niñas crezcan en un ambiente de igualdad, es fundamental educarlos en este aspecto y esta tarea se lleva a cabo en las aulas. No obstante, muchas veces estos derechos son vulnerados en los colegios, por ejemplo, si sucede algún caso de bullying o acoso escolar, entonces los maestros junto con los padres han de trabajar para que se dejen de quebrantar los derechos de los niños. Los docentes tienen el deber de transmitirles a los niños sus derechos para que ellos los conozcan, utilicen y respeten para que el día de mañana ellos mismos como miembros de la sociedad velen porque los derechos de los menores sean respetados en todas las partes del mundo de igual modo.
Es importante que seamos conscientes de que no por ser un país muy desarrollado los derechos de los menores son más respetados. Todavía queda mucha labor por hacer para conseguir el pleno respeto de los derechos de los niños en todo el mundo y es por esto, como futuros maestros, tenemos la responsabilidad de en la medida que podamos, contribuir al respeto de los derechos y por tanto a la mejora de la sociedad y de la situación de los menores en todas partes del mundo.
Ágata de Paz Rico
Estudiante de segundo curso de Magisterio Educación Primaria
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