Una de las primeras victorias para el género femenino demostrando su necesaria valía fue con la coloración de las antiguas películas, gracias a ellas se comenzó a poder ver cine a color.
Cuando pensamos en el cine en color, muchos desconocemos que empezó de una forma totalmente artesanal. Las cintas se pintaban a mano con pigmentos en tonos más o menos vibrantes, y eran mujeres la que se encargaban de llevar a cabo dicha tarea, una de las pocas disponibles para el género femenino en esa época. A mano y de manera minuciosa llevaban a cabo la tarea con precisión y paciencia.
La demanda de manufacturación en este tipo de trabajos fue en aumento, hasta tal punto que algunas mujeres emprendieron su propio camino. Ejemplo de ello es la francesa Elisabeth Thuillier, quien contaba con una plantilla de 220 trabajadoras y un sistema de trabajo propio del fordismo. Su trabajo más famoso es “Viaje a la Luna” en 1902.
Las mujeres llegaron a dominar este campo, algo complicado teniendo en cuenta la época, pero, puesto que eran consideradas como seres inferiores, cobraban menos que los hombres, y además era difundida la idea de que las mujeres gozaban de especial sensibilidad para trabajos manuales, hizo que esta victoria se llevase a cabo.
Recordemos la famosa frase de un delegado francés en 1867: “Para el hombre, la madera y los metales; para la mujer, los niños y los tejidos”.
Estas mujeres supieron transformar una desventaja en ventaja y dominar el campo de la coloración de películas con el cambio de siglo. Y por ello merecen ser recordadas
Mª Carmen García-Toledano Barrios
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