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martes, 4 de junio de 2019

ROBOTS SOCIALES EN LA EDUCACIÓN

El mundo de la robótica y de la tecnología ha evolucionado en los últimos años en gran medida. Los robots ya no son simples herramientas de ayuda en las fábricas, sino que se han desarrollado y progresado a lo que hoy conocemos como robots sociales.

Los robots sociales son aquellos que interactúan y se comunican con las personas con comportamientos y normas sociales. Poseen una inteligencia emocional y se les puede programar previamente por lo que tendrán autonomía propia.

Estos robots tienen ciertas "habilidades sociales" para tratar con las personas e interpretar diferentes conductas sociales por lo que sirven de gran ayuda a personas con NEE o a enfermos. También pueden realizar otras tareas como reproducir canciones, realizar fotografías y seleccionar información.

Para poder llevar a cabo muchas de las tareas tienen que ser capaces de interpretar el hablar humana y todas las órdenes (sintetizando la voz humana) o también poder seguir visualmente algunos movimientos de la persona con la que está (reconocimiento de ciertos gestos humanos). Su aspecto es similar al de un humano con ojos, boca, brazos, piernas, etc.



¿Por qué la robótica les gusta tanto a los niños?

La educación tradicional con largas clases de lengua, matemáticas, ciencias y con extensos libros de texto resulta poco motivador para los niños por lo que utilizar los robots educativos les llama la atención y es un modo de adquirir conocimientos mientras juegan. Ellos se divierten jugando con estos robots sin ser del todo conscientes de la cantidad de conocimiento que están adquiriendo.

Algunos tipos de robots educativos.

Codi-oruga: recomendado a partir de 3 años. Su precio es de 25€. Este robot incluye nueve módulos de acciones y movimientos conectados para indicar qué movimiento debe realizar ordenadamente según haya indicado el niño.


Fuente de la imagen.

Nao: puede utilizarse desde un nivel de primaria a superior. Puede ser programado para que imparta clases de cualquier asignatura.

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Jibo: este robot es capaz de identificar personas e interactuar con ellas. Puede también corregir los fallos de los alumnos. Su precio ronda los 565€.


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Tega: enfatiza los aspectos sociales de la interacción con el usuario durante los procesos de aprendizaje. Tega se conecta a un dispositivo Android para utilizar sus capacidades de memoria, procesamiento, sensores y conectividad.


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Terapias con robots para niños autistas.



En conclusión, el uso de la robótica me parece un gran avance para el futuro ya que será una herramienta más del aprendizaje implementando actividades innovadoras y facilitando el aprendizaje y habilidades en los niños. Se puede utilizar con todos los niños, incluidos niños con TEA, Síndrome de Down o altas capacidades. Hay que tener en cuenta que no lo puede utilizar todo el mundo ya que requiere de una formación previa para su programación y utilización adecuada. En ningún caso, la robótica debe ser una sustitución de los métodos de aprendizaje sino un complemento más.

Publicado por: Beatriz Dorado Sánchez-Mayoral
2º Magisterio Primaria

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