Páginas

lunes, 13 de mayo de 2019

Un buen azote "a tiempo"

El tema de si dar un azote es una opción educativa válida sigue siendo un asunto muy controvertido.
Por un lado, los padres piensan que dar " un cachete en el culo" o "una torta" a tiempo es una forma de modificación de conducta adecuada para utilizar con los niños antes de que se puedan perder las riendas de la educación sobre los menores y estos no obedezcan y acaten normas de sus progenitores.
Por otro lado, son muchos los expertos que señalan que ningún tipo de violencia física es aceptable para ningún fin, y para con los menores aun menos. En un artículo, una psicóloga incluso señala que el niño no aprende nada de ese acto violento, sino que lo que obtienen es una reacción para evitar el golpe por miedo, pero es algo momentáneo.
En mi opinión, creo que muchos progenitores no son conscientes de que este tipo de abuso no está penalizado porque ellos son "dueños y señores" de la educación de sus hijos. Otros, ven exagerado que esté sancionado porque tienen derecho a pegar a sus hijos si lo creen oportuno.
Considero que, utilizar como recurso re-educacional una bofetada demuestra la falta de estrategias de enseñanza hacia los menores. Con este estilo, lo que se está demostrando al niño es que la agresión es una forma apta de resolución de conflictos, por ello, muchos niños pueden extrapolar estas acciones a otros contextos y, en un determinado momento que se encuentren desbordados o no sepan resolver una disputa, harán uso de la violencia porque es algo que tienen normalizado. Además, el famoso "cachete" no ofrece posibilidad a que el niño razone; que piense en su conducta y sus posibles consecuencias, ya que en muchas ocasiones los padres ponen unas normas o límites a los niños sin justificárselas o a los niños, les piden que las obedezcan ( incluso varias veces ) "porque sí" o "porque lo digo yo y punto".
Por todo esto, cuando los padres se encuentren perdidos o vean la violencia como única vía, son señales de que necesitan ayuda de un especialista. La psicóloga analizará la conducta del menor y podrá aportar a los padres estrategias y pautas de actuación ante situaciones que les resultan difíciles de manejar, además de trabajar con ellos la parte emocional que suele estar alterada por el estrés o el desbordamiento que les produce algunos comportamientos del hijo.
Para terminar, me gustaría señalar que me parece muy necesario que se opte por recurrir a un profesional cuando se siente que se han perdido las riendas de la educación, para que poco a poco podamos erradicar definitivamente este tipo de "técnicas" educativas disruptivas y contraproducentes de una vez. Por ende, sería muy beneficioso que en los colegios o en las asociaciones de padres y madres, por ejemplo, se les pudiera ofrecer charlas sobre medidas educativas apropiadas, técnicas de modificación de conducta... y que así se les haga consciente de los efectos que tienen unas y otras.
Enlaces de interés:

Tania Santiago Segovia.
2º Magisterio de educación primaria
Tania.Santiago@alu.uclm.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por contribuir con sus comentarios a las entradas de nuestra Revista Digital.