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miércoles, 16 de mayo de 2018

Evolución eclesial


Aprovechando el movimiento feminista del 8M, se me ocurrió proponer una idea en mi historia de Instagram para ver qué opinaba la gente sobre el sacerdocio femenino dentro de la Iglesia Católica.

Simplemente propuse esta cuestión: "sacerdocio femenino: sí/no. Motivos."

Esto lo puse a modo de encuesta, y obtuve los siguientes resultados: 74% sí / 26% No.


Añado el dato de que de 256 personas que se supone que vieron el mensaje con la propuesta de voto, tan sólo contestaron 43.

Tras ver esto tuve en cuenta el número de personas creyentes y ateas ( pues votó gente que conocía). Las personas que votaron en contra de este sacerdocio femenino fueron en su totalidad creyentes, mientras que en el grupo de los que votaron a favor de la inclusión de la mujer en esta labor eclesial fueron tanto ateos como creyentes, con un mayor número de creyentes.

Tras realizar esta encuesta, yo misma al ser creyente y apoyar la idea del sacerdocio ejercido también por mujeres, decidí investigar por qué mi Iglesia no lo permite, y en qué momento dijo Jesús o alguno de sus apóstoles que no podría ejercer la misma función que ellos una mujer, estando por aquel entonces ahí presente María Magdalena y la Virgen María. 

 Al investigar decidí buscar primero en mi propia Biblia, y busqué fragmentos por internet, pues me resultaba más rápido y sencillo, y después  corroboré lo que había encontrado con mi  Biblia física.

Encontré lo siguiente en la Epístola a los Gálatas, dentro del capítulo 3 y el versículo 28 en la que San Pablo, tras resucitar Jesucristo y verle, afirma lo siguiente: "Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos nosotros somos uno solo en Cristo Jesús."
Gálatas 3:28.

Es decir, se abole en este fragmento toda diferencia entre humanos tanto de razas, estamentos, como de SEXOS. 

Después leí en algunas páginas no oficiales de internet que al parecer existen fragmentos escritos por San Pablo en los que explica con detenimiento el por qué hay una igualdad de género entre hombre y mujer (cosa muy avanzada para aquella época), en los que dicen que dio motivos de por qué la mujer estaba al mismo nivel que el hombre en todos los aspectos de la vida, incluida la predicación apostólica. Al parecer estos archivos están en el Vaticano, según esas fuentes no oficiales, pero no se incluyeron en la Biblia porque no se consideró oportuno.

Tras haber visto esto he llegado a la conclusión de que el machismo (desde mi punto de vista fruto del odio del Demonio hacía la Virgen María y por tanto hacia la mujer en general), se introdujo dentro de la Iglesia como un virus que Cristo nunca quiso y que se debería eliminar. No solo debe desaparecer de la sociedad en general, enfatizo en que es justo dentro de la Iglesia donde no debería haber estado jamás puesto que considero que el Cristianismo ha sido la cuna de la mayoría de los valores positivos que se han cultivado en Europa a lo largo de la historia.

Iria Gálvez Trigo.
Grado en Maestro de Educación Primaria 2ºA.

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