Tras un informe realizado para la asignatura de Tendencias Contemporáneas de la Educación y la satisfacción con la que finalmente quedé por el resultado me gustaría reflexionar sobre aspectos que han ido evolucionando a lo largo de los años los cuales para nosotros su utilización puede ser normal pero para nuestros abuelos era algo impensable hace 70 años. Gracias a las entrevistas realizadas a diferentes miembros de mi familia he podido ver en claro la gran evolución existente entre la educación de los años 40 y la educación actual.
Con todo esto quiero centrarme primeramente en la poca información y formación que tenían las/los maestras/maestros a la hora de dar clase. Eran unas personas muy estrictas, rígidas, autoritarias y un maestro era el encargado de impartir todas las asignaturas. Los alumnos eran castigados físicamente si no se sabían la lección de memoria y es una costumbre que se siguió utilizando hasta finales de los 80-90, teniendo ya a partir de ahí incidencia alguna.
También tenían clase de mañana y tarde, los agrupamientos eran realizados en función del sexo y no se podían ver ni en el recreo, pues eran separados por un tapial.
En cuanto a los materiales, no tenían ningún tipo de recurso a parte de una enciclopedia y dos libros más. Tenían una pizarra de tiza pero como he dicho anteriormente, el pensar que podían existir ordenadores, pizarras digitales, tabletas, etc. era de locos, y menos que se pudiesen introducir en las aulas.
Sin embargo, los maestros de la actualidad ejercen muchas veces más de padres que de maestros como tal. Tienen una vinculación total a la hora de transmitir valores y conocimientos a sus alumnos. Los recursos materiales que se emplean podemos destacar los ordenadores y pizarras digitales, juegos, etc.
Gracias a los avances y a las investigaciones realizadas podemos conocer y saber qué métodos y estrategias son los más favorables para que nuestros alumnos asimilen mejor los conceptos que les queremos transmitir. Hoy día no se debería concebir en ninguna cabeza el repetir la lección de memoria ni explicar una lección de principio a fin sin dejar que los alumnos interactúen y compartan opiniones, experiencias, etc.
Con todo esto quiero concluir diciendo que tras avanzar y conocer en los métodos de enseñanza, sabemos que las metodologías activas son las más beneficiosas para sacar el mayor provecho a nuestros alumnos y éstas deberían ser puestas en práctica en todas las escuelas. El escuchar a un profesor y leer un libro debe quedar rezagado y dar paso al decir y discutir, y al decir y hacer.
Cristina Carmona Fontelos.
2ºB Maestro en Educación Primaria.
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