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jueves, 12 de mayo de 2016

EL RESPETO HACIA LOS PROFESORES


Últimamente se dan casos de profesores y maestros que tienen que solicitar una baja laboral por depresión, o porque no se ven con las suficientes fuerzas y motivación con la que comenzaron a ejercer de maestros, se pierde esa ilusión por formar a los más pequeños, a las generaciones futuras, por educarlos y ayudar a convertirlos en personas adultas. Esto puede que sea en parte por la falta de respeto hacia los docentes que cada vez se reduce más, pues hoy en día, en los cursos superiores de primaria y mucho más en la educación secundaria se dan numerosos casos de faltas de respeto de los alumnos hacia sus profesores, en forma de insultos, amenazas e incluso llegando a darse casos de violencia física. ¿Y qué hacen los padres de estos alumnos cuando suceden estas situaciones? En la mayoría de los casos, nada.

Los padres castigan o regañan a sus hijos cuando se enteran de su mal comportamiento, pero no acaban con esta conducta intolerable y maleducada. La mayoría de los alumnos que realizan estas acciones son reincidentes, y sus padres lo saben. Es cierto, que en algunos casos la conducta de estos chicos viene influida por una mala situación familiar o por motivos parecidos que hayan afectado a la educación temprana del alumno, pero no es la situación de todos los casos. Algunos padres no educan efectiva y respetuosamente a sus hijos, y pretenden que al llegar a la escuela o al instituto sean los profesores y maestros los que se encarguen de la educación de sus hijos, y no es así. Los docentes estamos para enseñar y formar a los alumnos, pero debe ser en casa, donde la propia familia debe educar con unos valores tolerantes y respetuosos a los niños para que este niño o niña puede tratar con respeto y educación a los demás.

Pero no sólo en los alumnos se da una falta de respeto hacia el profesorado, también hay casos de padres irrespetuosos con los maestros de sus hijos,  también se dan casos de amenazas, insultos y otras vejaciones hacia un docente parte de un padre o unos padres que muestran el descontento de las decisiones académicas tomadas por un maestro o maestra hacia el hijo de estos, también se han dado casos de padres que han llegado a agredir al profesor de su hijo. Y si los padres no son respetuosos, ¿cómo lo van a ser sus hijos? Cuando yo iba al colegio o al instituto, y mis padres iban a hablar con mis profesores porque yo había sacado una mala nota, hablaban con el profesor, veían en que me había equivocado y porque no había aprobado, no hacen como algunos padres y madres que amenazan o chantajean al maestro a maestro de su hijo para que le cambie la nota mala por una mejor. ¿Qué aprenden los niños si consiguen una buena nota sin esfuerzo, simplemente por el irrespetuoso comportamiento de sus padres?

Antiguamente el cargo o puesto de docente estaba colocado en un estatus social superior al que se le deja ahora mismo. Actualmente no se considera a un maestro como una profesión de prestigio, no se le da la importancia que merece. Cierto es que antes, ya fuese por un mayor respeto hacia los mayores o porque los padres al ser menos cultos que el maestro de su hijo se le mostraba un mayor respeto, aunque bien es cierto que además antes no sólo al profesor se le mostraba respeto, sino que también se le tenía algo de miedo por los castigos físicos que este impartía sobre sus alumnos. Pero menos mal que esto es cosa del pasado, y ya no se puede pegar al alumno. Estoy a favor de que no se pegue al alumno, pues no considero que sea una forma correcta y eficaz de enseñar, aunque viendo el comportamiento que tienen algunos críos, no solo hacia el docente sino también a sus compañeros e incluso a sus padres, no me arrepiento en absoluto en decir que prefiero la forma en que mis padres me educaron, recibiendo alguna torta o pescozón cuando mi comportamiento no era el adecuado, o castigándome cuando no me portaba bien, y se lo agradezco, pues me enseñaron a respetar a los demás. Ahora los padres no castigan a sus hijos, los sobreprotegen, los maleducan. Pues un niño que siempre obtiene lo que quiere y que no sabe lo que es recibir algún castigo por su mal comportamiento, ¿cómo se comportará de adulto? En unos años lo podremos comprobar.

Hablando con amigos que estudian otras carreras como ingeniería, arquitectura, enfermería, derecho… siempre se mofan de que magisterio es fácil, que es una profesión en la que no se necesita mucho, en definitiva, veo una cierta burla y falta de respeto al docente. Pues bien, me gustaría ver a un abogado, a un enfermero, a un arquitecto o aun ingeniero con 20, 25 o incluso 30 clientes o pacientes a la vez, cada uno con una necesidad diferente y todos en una misma habitación al mismo tiempo. No les veo capaces ni de aguantar 5 minutos en esa situación. Y no, no creo que el ser maestro, sea una profesión fácil, creo más que es una profesión de valientes, de personas con vocación que quieren formar a las generaciones futuras, que pretenden mejorar la sociedad desde abajo. Y sinceramente, me siento muy orgulloso y feliz de poder llegar a ser algún día docente.

Abraham García Sánchez

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