Mi aportación a la revista “El recreo” tratará sobre el tema de la construcción de la propia imagen. Junto a otras compañeras, este fue el tema sobre el que hemos expuesto en la asignatura "Educación y Sociedad" y al indagar sobre él me han sorprendido varias cosas que quiero compartir:
La primera es lo mucho que puede cambiar nuestro concepto corporal con el paso del tiempo. Según avanzan los años, nuestro cuerpo sufre cambios y esto en la mayor parte de los casos da lugar a que nuestra autoestima se dañe. Actualmente, estudios revelan que un tercio de la población femenina occidental sufre algún complejo. En el caso de los hombres afecta a un cuarto de la población. Por eso es muy importante crear una buena base en la autoestima de los niños desde su infancia. Deben sentirse queridos y hay que intentar que se sientan agusto con su cuerpo, puesto que después pasarán a la etapa de la pubertad, donde sus cuerpos cambian y se desarrollan. Es en esta etapa donde surgen los complejos y muchos de ellos se conservan hasta la adultez.
Otro aspecto que cabe destacar es la cantidad de trastornos que pueden surgir a lo largo de la construcción de nuestra propia imagen. Muchos adolescentes no ven en realidad lo que su espejo refleja. Lo que me hace preguntarme, ¿Por qué tanta cantidad de personas tiene este tipo de problemas? En mi opinión la sociedad nos ataca constantemente con mensajes subliminales de belleza. Es decir, nos bombardea con anuncios donde los hombres son fuertes y musculosos y las mujeres marcan el ideal del 90-60-90.
Ambas reflexiones me invitan a preguntaros: ¿Es la sociedad la que nos crea este tipo de complejos? Y, lo más importante: ¿Es necesario cumplir este prototipo para ser, o sentirte guapo?
Por Paula García-Moreno Cézar
2º A magisterio primaria
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