La deficiencia escolar significa no lograr el título básico obligatorio del sistema educativo. Este término tiende a confundirse con el de abandono escolar temprano, este significa que terminan la enseñanza básica obligatoria pero no siguen estudiando.
En mi opinión, creo que el hecho de que en España sea tan grande el porcentaje del fracaso escolar y por lo tanto el abandono escolar temprano, se debe tanto por parte de los padres como por parte de los profesores o maestros de los niños.
Por un lado, por parte de los padres, creo que tienen que enseñar a sus hijos desde que son muy pequeñitos, que en la vida hay una serie de responsabilidades que hay que cumplir y realizar. Por ejemplo, un niño coge una rabieta porque quiere conseguir algo, y el padre para que deje de llorar se lo compra. Aunque creamos que estamos haciendo un bien para nuestro hijo, en realidad no lo hacemos, ya que este ve que en cuanto llora consigue lo que quiere. O por ejemplo, cuando el niño saca buenas notas se le premia con algo material. Creo que haciendo esto, aunque creamos que estamos protegiendo así de la mejor manera a nuestros hijos, en realidad no los preparamos para el fracaso sino que sólo para el éxito. El niño tiene la obligación de sacar buenas notas y no por esto tiene que ser premiado con algo material, sino que debería bastar con la felicitación y orgullo de un padre cuando su hijo obtiene resultados excelentes. De igual modo debe hacerse cuando este no lo haga, es decir, cuando el niño no apruebe debe ver como sus padres le regañan, aunque en mi opinión, sin castigarlo, ya que el niño se volverá aún más rebelde y sus notas empeoran. El sacar buenas notas en un curso, es una responsabilidad que tienen ellos, al igual que sus padres la responsabilidad de trabajar. Cuantos más pequeños se lo enseñemos mejor será para ellos. Esto es así, porque los enseñamos que no siempre las cosas que queremos alcanzar son fáciles, sino que a veces nos lleva demasiado esfuerzo pero la recompensa final es buena.
Y por otro lado, la actitud del profesor, ya que si este va a clase sin ganas esto se lo trasmite a sus alumnos que como consecuencia, estos no querrán ir a clase, sacando malas notas y queriendo abandonar. El buen maestro/ profesor es aquel que va motivado y sabe transmitir su motivación.
A la hora de evaluar, creo que no deberíamos ceñirnos única y exclusivamente a los resultados, ya que muchos niños llevan un buen aprendizaje en su vida diaria en clase, y por cualquier circunstancia el día del examen se les da mal. El examen es bueno para evaluar pero no debe ser el único instrumento que utilicemos.
Por último, quiero destacar que el hecho de que un niño no saque su formación básica no significa que este no valga para estudiar. Quizás haya cosas que le llamen muchísimo más la atención pero si nos ceñimos a que esto no puede alcanzarlo sin el graduado, el niño terminará desmotivándose llegando incluso al abandono escolar.
MARTA BURGOS AGUADO.
2ºB MAGISTERIO PRIMARIA
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