No es una novedad los continuos cambios de leyes educativas en nuestro país.
La educación es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad, pero todavía mucha gente no es consciente del peso y el valor que puede tener.
Desde hace muchos años los distintos gobiernos han “utilizado” la educación en sus programas electorales para su propio beneficio. Pero esto no es tan positivo si nos ponemos al lado de maestros y alumnos. A estos dos colectivos se les mantiene al margen a la hora de la elaboración de leyes educativas, cuando realmente son los principales protagonistas en la aplicación de dichas leyes.
El colectivo más afectado indirectamente por estos continuos cambios es el alumnado. Ellos serán el futuro motor de nuestra sociedad, necesitan que la educación que están recibiendo hoy les garantice el día de mañana una seguridad, para que las decisiones que tengan que tomar en un futuro sean las más acertadas y coherentes para el buen desarrollo y progreso, no sólo suyo personal, sino el de toda la sociedad.
Ante el continuo cambio legislativo que sufre la educación en España, una opción para su estabilidad, sería el establecimiento de un consenso entre los partidos políticos, contando con la opinión de profesores y familia. Esto supondría un equilibrio en la enseñanza que beneficiaría tanto a alumnos como profesorado.
En este consenso tendría que quedar de manifiesto que la educación no es una moneda de cambio utilizada por el partido que gobierne, sino algo protegido y que se mantiene al margen de la política.
Débora Tejero Martín
2º B Educación Primaria
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